CAPÍTULO 4

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LANDO
Los vehículos militares comenzaron a moverse a eso de las tres de la mañana.
Si bien intento que mi postura sea lo más relajada posible, internamente mi situación es distinta ya que estoy enfadado. Que esté estrujando las correas de la mochila que tengo sobre mi regazo es la prueba de ello.
Sé que muy probablemente esté siendo exagerado pero la realidad es que el militar que golpeé realmente me parece un insoportable. No precisamente por lo sucedido en aquella casa sino por lo que pasó después.

Luego de que uno de los militares me acompañara hasta un vehículo y me abriera la puerta para que subiera detrás, el mismo uniformado hizo lo mismo pero en el asiento del conductor. Él giró su cuerpo para poder verme y me comentó que había leído que yo era estudiante de periodismo.
Cómo su modo de hablarme era formal, le pedí que dejara de llamarme 《joven Webber》 y pasara a decirme 《Lando》. Aceptando mi pedido, me comentó que entonces yo podía referirme a él como 《Logan》 o 《Miller》, que lo dejaba a mi elección.
Yo, luego de aceptar que ambos dejemos las formalidades, le respondí que sí, que soy estudiante de periodismo que decidió posponer su último año luego de que Irina me invitara a participar en este proyecto. Además, le conté que pese a estar fuera de Estados Unidos, el consejo administrativo de la Universidad se reunió y decidió permitirme que siguiera con los cursos estando aquí, de modo virtual y cuando tuviera la oportunidad de conectarme a internet para mirar las clases grabadas, con la condición de obtener buenas calificaciones en unos exámenes especiales que planearon específicamente para mí luego de que finalice esta primera mitad del año educativo. En caso de aprobar esos exámenes, entonces el próximo año podré iniciar las clases cursando el último semestre de la carrera.

Logan continuó haciéndome preguntas y sospeché que el motivo era mantenerme ocupado dada mi reacción al oír que Irina no viajaría conmigo.
Me preguntó qué tipo de periodismo me interesaría realizar una vez esté graduado y si el que se realiza en zonas de conflictos era mi primera opción.
Supongo que fue la tranquilidad que transmitía ese sujeto el que logró que el ambiente se tornara un poco cómodo pese a la situación actual. Y fue esa misma calma la cual, además, me permitió prestarle real atención a sus preguntas, tomándolas con seriedad para pensar en darle una respuesta honesta.
Le respondí que no estaba del todo seguro, porque esa es la verdad. Si bien tenía una noción de lo que implicaba trabajar en regiones que atraviesan conflictos armados, jamás imaginé que las cosas fueran a complicarse de esta manera en mi primer viaje de trabajo.
La realidad es que, en este momento, me es difícil pensar si deseo seguir centrando mis motivaciones en querer graduarme para viajar a países como este.
El militar volvió a demostrar su buen manejo de las palabras pues, con calma y tono suave, me dijo que su equipo haría lo posible para llevarnos pronto a casa y que una vez en mi hogar podría tener el tiempo suficiente para reflexionar sobre mi futuro.

En ese momento comencé a creer que tal vez el viaje hasta Kabul, si bien estaría acompañado de estos hombres extraños, podría no ser tan incómodo al tener no sólo a Qayoom conmigo sino también a Logan. Pero, cuando la puerta a mi lado se abre y escucho esa voz pidiéndome que me mueva, debí sospechar que el viaje, en realidad, sí sería incómodo.

Pese a tener su rostro cubierto, reconocí quién era porque lo oí durante nuestro intercambio de palabras en la casa del hermano de Qayoom. Definitivamente era el hombre que golpeé.
《Hay ventana libre en el otro lado.》 , le dije, señalando el asiento vacío que había junto a mí.
Su respuesta me causó, y aún lo genera, rechazo hacia él por su modo de llamarme. El militar, ignorando mis palabras, comentó:《Fiera, tres iremos aquí detrás y tú serás quien vaya en medio.》

Cometí, sin saberlo, el error de nombrar a Logan por su apellido ya que al comentar que Miller me había dicho que tenía permitido viajar junto a una de las ventanas, el otro militar reaccionó de inmediato ante mis palabras.
Con tono molesto se dirigió al nombrado acusándolo de que durante las misiones todos lo llamaban Logan y que ahora, al saber su apellido, yo conocía su nombre completo. También le dijo algo que me extrañó: 《¡Pero claro, tú siempre te apegas emocionalmente a los paquetes!》, espetó entre dientes hacia su compañero.
Logan, tal vez acostumbrado a las formas toscas del otro militar, simplemente le respondió, con tono muy calmado: 《Nikita, no discutiremos sobre esto ahora, no es el momento ni el lugar.》

EL PLACER DE HABERNOS CONOCIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora