Yo soy la famosa Rayita

5

Alguna vez has pensado que tal vez
Tú eres para mí

You belong with me- Taylor Swift.

Consejo del día: La venganza siempre es buena, sana el alma y te deja plena.

Cuando la luz del sol comenzó a ser molesta me di cuenta enseguida que seguía viviendo en una novela.

Me levanté de golpe mientras miraba a todos lados. Mi cuarto seguía pareciendo perfecto, mi ventana tenía las cortinas corridas y Tiburoncín seguía en su pecera.

Mierda.

¿Qué se supone que hago ahora?

Wonka dijo gócenlo.

Sí, sí, pero, ¿si esto tiene consecuencias graves?

La Noelle del futuro tendrá que preocuparse, querida.

Odiaba que mi conciencia fuese tan irresponsable.

Cautelosamente miré por completo a mi alrededor. Tendría que simplemente adaptarme, porque sino, ¿qué más iba a hacer? necesitaba respuestas, pero, ¿realmente las quería? ¿de verdad quería abandonar esta vida por la asquerosidad que tenía antes?

Miré las bolsas de compras llenas de ropa hermosa y la respuesta fue clara.

En pocos minutos la preocupación se había esfumado y yo estaba saliendo de una relajante ducha mientras bailaba al ritmo de una cación de Taylor Swift que tenía a volumen alto.

Quizás fue por eso que no escuché la serie de piedritas que estaban lanzando a mi ventana. Sin embargo, eso no importó, porque estaba colocándome el brasier cuando me di cuenta que las cortinas seguían abiertas.

Malditas cortinas, ¿acaso no podían estar en su sitio? No entiendo por qué están aquí si no cumplen con su única función. Las cerré de golpe pero luego me detuve un segundo, frunciendo el seño. Algo había llamado mi atención del otro lado.

Solo asomé parte de mi cara para ver del otro lado.

"Bájale a tu música de adolescente dolida y deja a las personas normales dormir un poco más"

El nivel de indignación subió tanto que creí ingenuamente que no podía sentirme más ofendida, pero luego noté quién sostenía el dichoso cartel y el desagrado aumento. Esto era la bendita historia más trillada de las historia.

David me miraba con una ceja enarcada y una sonrisa burlona. Tenía cara de haber despertado recién, con su cabello oscuro algo aplastado y solo un pantalón de dormir a la cadera.

¿Y este de cuando vivía cerca de mi casa? No sé porqué aquello no me sorprendió, quizás ya había tenido demasiadas sorpresas que cualquier cosa a ese punto de la historia me parecía normal.

Corrí a tomar papel y bolígrafo. Años practicando lettering iban a dar su resultado. Cuando le enseñé mi linda respuesta con mi dedo medio en alto terminé de cerrar la cortina.

¿Qué se creía ese idiota diciéndome lo que tenía que hacer?

Lancé el cartel sin cuidado a mi cama y me sacudí las manos como si hubiese hecho el trabajo más sucio de la vida.

Bien, ¿ahora qué me pondría?

Cuando bajé a desayunar tampoco estaban mis padres. Nuevamente.

Me extrañó, pero no me molestaba que no estuvieran. Me reconfortaba no escuchar algunas de sus críticas, comparaciones o largas y ridículas historias de lo mucho que sufrieron a comparación de mí.