3. De merengues, vainilla y otras fiestas.

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N/A: Capítulo largo, espero les guste. Si quieren conectar más con la historia, escuchen las canciones mencionadas en el capítulo.

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A veces lo que no pasa en años, sucede en un solo día. No pierdas la fé y la esperanza.


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—Ponles más ralladura de limón —me ordenó Sophie, sentada en la isla de la cocina de mi casa, la cual estaba echa un desastre. Hice lo que me pidió —... Así.. ¡Perfecto! —aplaudió satisfecha, como si fuera una niña de cinco años con una nueva muñeca.

La miré fijamente, cansada de esta situación. No sabía cuánto más podía aguantar. Ya me dolían las manos de tanta masa que había batido y me ardían los ojos por el ácido de limón que había caído en ellos minutos atrás, cuando estaba exprimiéndolos. Además, mi ropa era un asco, llena de harina para hornear y huevo.

Yo y mi torpeza.

Dios no me pudo dar una cara bonita y un trasero de muerte, no.

Él me dijo: Hola querida Kim. En el mundo ya hay muchas supermodelos. Ten, un poco de torpeza, para reírme desde el cielo.

—¿Es en serio? ¡Quedará muy ácido —respondí. Tenía mucha hambre y no estaba segura de si debía comer algo cocinado por mí.

Las artes culinarias y yo no nos llevábamos bien.

—¡Exacto! ¡Como yo! —chilló ella emocionada, como si ser una persona así fuera lo mejor del planeta.

¿Por qué no se me pegaba alguien con cerebro?

Porque no tienes, eres como el mosquito; respondió mi conciencia.

—¡Ahggg! —gruñí cansada de este teatro — ¿Qué más quieres que haga? ¡Por favor! —supliqué, perdiendo la poca dignidad que me quedaba—Prometo que no volverá a pesar, fue solo un pequeño accidente.

—¿!Pequeño accidente!? ¿Acaso te escuchaste? ¡Era nuestra pulserita de la amistad! y ¿Tú dices que ha sido un simple accidente? Dañas mis sentimientos Kim —dijo tocándose el pecho con una mano en un gesto dramático, con tono de fingida molestia.

—Ustedes son tal para cual, sus gritos se escuchan desde la entrada de la casa — habló mi hermano, entrando a la cocina—Ya entiendo por qué son amigas.

Obviamente él no se perdería este numerito de verme pidiendo perdón por nada del mundo, así que se quedó allí parado, mirando las figuritas que tenía pegada nuestra nevera como si nunca lo hubiese echo y fuera el mayor descubrimiento de la Tierra.

—Tú cállate, no entras en el tema.

—Tienes razón, pero veo que están haciendo merengues y yo quiero, así que cállate tú —finalizó, tomando asiento a la derecha de Sophie.

Corrección, yo estaba haciendo merengues.

O eso intentaba.

Pero no lo dije ya que preguntaría el por qué y se burlaría aún más de mí, y yo ya tenía suficiente de eso.

—¡Ay ustedes dos no me cambien el tema! —nos recriminó Sophie llevándose dos dedos a sus ojos y luego señalándonos, como si fuera una advertencia— Kim no me trates de distraer para que se me pase el enojo  —finalizó demandante.

Aquí vamos de nuevo...

Déjenme actualizarles la situación amigos...

¿Recuerdan la dichosa pulsera que perdí la semana pasada?

¿Me amas o me acosas?✔️ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora