Capítulo 3

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Meg se dirigía al pueblo tres, a casa de
Zorman.
El científico le había dicho que tenía una sorpresa para ella.
El pueblo tres estaba muy tranquilo, demasiado tranquilo.
Meg aceleró el paso y llegó a su destino.
Pego a la puerta tres veces y la puerta se habrio.
Estaba todo en silencio y todo estaba desordenado.
-Zorman, ya llegue.
Nadie le respondió.
Le extrañaba que no le respondiera.
El sitio estaba muy desordenado, más de lo habitual.
Fue a la mesa de esperimentos de Zorman, por si había algo que dijera donde se encontraba el científico.
Había botes de sus experimentos rotos y un agujero que goteaba un líquido verde.
-Que desastre - se quejo.
-No es para tanto - dijo una voz detrás de ella. Meg dio un saltito del susto.
Se dio la vuelta y la persona que le había hablado era Zorman.
-¡Que susto me has dado! - se quejo.
-Perdón - se disculpo. - Esta noche a estado movida.
El científico empezó a recoger cosas y dejarlas en un rincón.
-He tenido un visitante esta noche y no es que estaba de muy buen humor que digamos.
-¿Juan?.
-No - dejo su bata de científico en el perchero. - La verdad no sabía quien era.
-¿Como que no sabías? - preguntó.
-Un intruso intento robarme - aclaro.
-La gente está muy mal - negó ella con la cabeza.
Zorman empezó a recoger más cosas y ponerlas en sus sitios.
Meg desvío su mirada al techo, donde había más manchas, pero no eran verdes, sino rojas.
-¿No me habías llamado para algo? - Meg rompió el silencio.
-Es verdad.
Zorman paso por su lado y rebusco entre muchos cachivaches.
-¡Lo encontré! - en sus manos había una cajita pequeña. - Estaba de expedición con Genesis y... - sacó lo que había dentro. - ¡Y encontre esto!.
¿Qué es? - preguntó Meg.
-He hecho mis análisis y lo único que se, es que brilla por la noche - sonrió.
-Bueno, por lo menos brilla.
Zorman se acerco a ella y le dio el mineral en las manos.
-Un momento - Zorman se alejo y volvió con una cuerda.
-Puedes utilizarlo como collar - agarró el mineral y lo colocó en la cuerda.
Meg lo agarró y se puso en el cuello. Era una cuerda de algodón, no le molestaría mucho.
-Es muy bonita.
-Y morada, tu color favorito - sonrió.

La mano negra de Tortilla Land Donde viven las historias. Descúbrelo ahora