Prologo

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Un jalón me saco de cualquier pensamiento y la cara de aquel profanador se hizo presente. El

se había ocupado de hacer de mi vida una asquerosa porquería melancólica. El había estado

desde que íbamos en el preescolar haciendo que mi tiempo en esta tierra sea más y más

horrible.

-Por favor suéltame, te daré mi almuerzo-. Solté, tenía el autoestima tan bajo que para este

punto no me preocupaba ser tan humillada.

-Acaso dije que quería tu asquerosa comida, ven conmigo espantapájaros-. Soltó mis largos cabellos y

sus manos se dijeron a mi brazo. Me jalo con tanta manía que casi me descoloca, juraría

que parecía necesitarme.

Me llevo a una sala simple, un aula común y corriente... si no fuera por lo próximo que hizo.

Saco de su pequeña chaqueta negra una navaja, se veía tan afilada y el la tomaba con agilidad.

Mis ojos se nublaron, miles de emociones recorrieron mi cuerpo y inundada en el miedo intenté

acercarme a la puerta, sin éxito ya que, el me tiró al suelo logrando así que mis piernas sean rasguñadas.

-Oh no linda, tu no saldrás de aquí hasta que yo te lo permita-. Cerro la puerta con seguro y se

aproximó a mi, me tomo del cuello y me alzó. El me iba a matar, estaba segura.

-Tu me odias, ¿Verdad?-. Solté sin tapujos, ya no me importaba nada...


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