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Nayeon despertó muy temprano en la mañana. Apenas estaba amaneciendo. 

Se talló sus ojos con cansancio y un delicioso aroma invadió sus fosas nasales, se topó con la chaqueta de Mina, la cual estaba entre sus manos y la llevó a su rostro.

Aspiró lo más que pudo y se sonrojó, en verdad le avergonzaba estar haciendo eso y le avergonzó aún más cuando sus fluidos estaban mojando en sus pantalones. 

Aun con las mejillas sonrojadas, Nayeon bajó sus pantalones por completo junto con su ropa interior y comenzó a frotar un poco su clítoris. 

Nayeon tomó entre sus manos la chaqueta de Mina y la puso en su boca, sabía que llegaba a ser muy ruidosa cuando estaba excitada y prefería no despertar a sus madres. 

Comenzó a masturbarse frotando hasta que estuvo completamente mojada. Con dos de sus falanges no perdió tiempo y se penetró con ambos, la lubricación natural ayudaba más a que estos entraran fácilmente. 

Volvió a morder y llenar de saliva la chaqueta de la alfa mientras se penetraba más rápidamente con sus dedos. 

A su cabeza llegaron imágenes completamente eróticas y obscenas de Mina, tomándola con fuerza, follándola, anudándola, corriéndose dentro de ella.

Nayeon no aguantó demasiado y se corrió en gran cantidad sobre sus sabanas. 

Respirando agitadamente, Nayeon se paró de su cama y se metió a su baño para tomar una ducha. Era más que evidente que no podría asistir al colegio durante un par de días, se sintió mal al recordar que no podría presentar su prueba de cálculo para la cual había estudiado mucho junto a Mina.

Se sonrojó al recordar a Mina y una nueva excitación se comenzó a mostrar y su entrada a lubricar un poco más -si eso era genuinamente posible-, haciendo que escurriera por sus piernas.

La omega cerró sus ojos y terminó de bañarse rápidamente. Tomó uno de sus supresores y se lo pasó por la garganta, le estaba avergonzado bastante imaginarse a ella haciendo cosas obscenas con su Unnie. 

Se puso un conjunto cómodo y suelto y bajó a la cocina. Joohyun se encontraba cocinando el desayuno, Nayeon se extrañó un poco, últimamente su mamá pasaba mucho tiempo en la casa. 

—Hola bebé, despertaste— dijo la omega apagando la estufa y tomando un plato —siéntate, hice el desayuno. 

Nayeon asintió y se sentó en una silla y esperó a que su mamá le sirviera su desayuno. Se lamió los labios al ver su desayuno favorito en el plato, huevos estrellados con tocino. 

—Oye, mamá...—dijo Nayeon después de masticar su comida.

—¿Sí, Nay?— preguntó mientras acariciaba su cabeza.

—Estás pasando mucho tiempo en casa, no es que me moleste, me encanta, pero ¿por qué? 

—Oh... me di cuenta de que pasaba mucho tiempo en el trabajo, más del necesario como para ser la jefa, así que decidí para más tiempo con mis amores. Quiero estar aquí para ti, Nay, sé que no te abres mucho y que tal vez sea más complicado hablar con Seulgi porque es alfa, pero somos tus madres bebé y quiero que confíes en nosotras. Tu mamá se esfuerza mucho para poder entenderte y ayudarte y yo también me quiero esforzar. Prométeme que intentarás confiar más en nosotras, por favor. 

Nayeon sintió como las lágrimas se acumulaban. 

—Sí... mamá... lo intentaré, quiero contarles más sobre... les prometo que me abriré más con ustedes.

—Oh, bebé...— Joohyun abrazó a su hija y le acarició el cabello mientras sentía como Nayeon lloraba en silencio —Gracias. 

La omega sabía que su hija tenía algunos problemas de autoestima y se sentía como la peor de todas por no haberlo notado antes, quería estar mucho más involucrada en la vida de Nayeon, quería ayudarla, quería protegerla y no se cansaría de hacerlo hasta que alguien llegue a su vida y sea lo suficientemente buena persona y capaz de cuidar y amar a su preciada hija... y afortunadamente ya la había encontrado, su nombre era Myoui Mina y podía apostar todo lo que tenía a que esa alfa risueña era la pareja predestinada de Nayeon.

sweet scentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora