C.4 | S.3 Matilda

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C. 4 | S.3 Matilda

Matilda, hablas de tu dolor
como si todo estuviera bien.

Pero se que sientes como si una parte de ti
estuviera muerta por dentro.
Me mostraste que tienes un poder
tan fuerte como para traer luz
incluso en los días más oscuros.

NANA

Déjá vu es la sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se esta produciendo por primera vez. Cómo pasar por un lugar y sentir que ya has recorrido ese camino u oler algo y sentir que ya lo has olido antes.

Siempre he creído que es increíble la capacidad del cuerpo humano para remontarte en los recuerdos; como si fuera la primera vez.

Increíble, aunque aterrador.

Mi respiración errática y brusca es lo único que se sobrepone al ruido que hace la lluvia al caer contra el toldo de la camioneta. Me cuesta respirar. Mi garganta quema y mis pulmones parecen desesperados por aliento. Pero, aunque tomo bocanadas de aire; no se siente como si fuera suficiente.

Mi cabeza da vueltas. Todo gira a mi alrededor, por más que a su vez, todo parece haberse detenido. Desabrocho el cinturón de seguridad cuando me siento sin aliento.

Con el estómago revuelto y las nauseas haciendo cosquillas en mi esófago cierro los ojos con tanta fuerza que los ojos me duelen. Todo esta bien, Nana. Todo esta bien. Dice una voz en el interior de mi cabeza, mientras intento controlar el pánico y el agobio que se revuelven en mis venas como veneno.

Estrujo el volante con tanta fuerza que estoy segura que mis uñas están dejando marca en la palma y un jadeo logra salir de mi apretada garganta.

Abro los ojos.

La oscuridad me rodea, a excepción de la escasa luz que llega a mi de los faros de la camioneta. Tengo que parpadear repetidas veces para enfocarme y es hasta entonces que mi cerebro registra el agudo pitido de los sensores de la camioneta. Es tan chirriante que me da escalofríos y hace que la ansiedad burbuja con mayor fuerza.

Con un notorio temblor en todas mis extremidades me encojo asustada.

Por favor, por favor, alguien sáqueme de aquí.

Jadeante llevó las manos a mis oídos y los curvo con fuerza en un intento de acallar el pitido de la alarma, pero esta continua taladrándome las orejas. Mis ojos se llenan de lágrimas...

Entonces, haciendo que el aliento abandone mi cuerpo el timbre del móvil suena por encima de todo el ruido y el miedo. No estoy segura de dónde está mi teléfono, salió volando a alguna parte de los asientos, pero está conectado al equipo de sonido y la llamada resuena por toda la carrocería.

Con los ojos empañados de lagrimas subo el rostro asustado hasta la pantalla que anuncia la llamada entrante.

Contesto sin siquiera dudarlo; Más como por impulso que por razonamiento.

La voz de Hwan llena el ruido y me cubre como una manta.

—¿Nana?

—Hwan. —sollozo ahogadamente. —Golpee algo. —mi voz sale como un horrible ruido agudo y desesperado.

Jadeo. Tomo aire. Jadeo.

—¿Qué? ¿Dónde estás? —su voz salta agitada y llena de preocupación. Abro la boca, pero solo sale un nuevo sollozo; uno mayor y que me hace estremecer. —Mini ¿Dónde estás? ¿Estás bien?

Mi agarre entorno al cuero del volante se vuelve mayor. Cómo si buscara algo para sostenerme. Tomo aire y escondo mi rostro en el doblez de mi brazo. Las lagrimas mojan mi piel.

Dream Glow; 𝑳𝒊𝒈𝒉𝒕𝒔 𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora