Devórame en la Noche

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Junpei tensa los hombros al ver como el pelinegro, llamado Fushiguro, logra golpear a Yuuji y hacerlo retroceder, pero suspira aliviado al ver a su amigo recuperar el equilibrio e ir de frente a seguir con la pelea de entrenamiento. Son buenos, ambos, tanto la velocidad que poseen como la agilidad que manipulan, sin embargo, eso no le sorprende de Itadori.

Ya antes lo ha visto pelear, por ejemplo, cuando sufrió abuso en la escuela y su amigo se enteró; se puso como un loco y pudo contra cinco sujetos que eran de grados superiores, él tuvo que detenerlo antes de que terminara por dejar sin dientes a uno.

Frunce el ceño al escuchar un gruñido, como si un perro molesto estuviera a sus espaldas y al ver sobre el hombro, no le sorprende encontrarse con "el gemelo" de Yuuji. Lo presentaron como Sukuna Ryomen, el hermano mayor de su amigo que fue secuestrado cuando era un bebé y por eso no se sabía de su existencia, él no lo cree.

No sabe qué es, pero definitivamente hay algo malo con ese sujeto que se parece tanto a su mejor amigo.

— Junpei —al ser nombrado, vuelve su atención al frente y sonríe al encontrarse con el rostro de Yuuji cerca—, ¿lo viste? Le gané a Fushiguro.

— Lo siento, no. Me distraje —el pelirosado hace una mueca, se endereza y toma lugar a su lado, sentándose cerca suyo—. ¿No habías podido ganarle a él?

— No realmente; ya habíamos entrenado antes, pero sus lobos —Yuuji enmudece, hace una mueca y dobla las piernas, abrazándolas contra el pecho—. ¿Por qué te trajo el profesor? ¿Te dijo algo?

— Hm, realmente no.

— ¿Te fue a buscar a tu casa?

— No, yo estaba en la casa de tu abuelo y estábamos platicando cuando alguien llamó a la puerta, fui a ver y me encontré con tu profesor —se rasca el dorso de la mano izquierda usando la derecha, una vieja maña de la que no se ha podido liberar—. Se presentó, se me quedó viendo y dijo: "vienes conmigo", obviamente cerré la puerta y le dije al abuelo que había un raro afuera. Me recordó tanto a los tipos de nuestra secundaria.

— Oye...

— Sí, sí, lo sé; fui grosero, pero tu profesor no luce muy confiable que digamos.

— Es un buen sujeto y gracioso.

— Aja. A ti todos te caen bien.

— Eso no es verdad —Yuuji hace un puchero y eso lo hace reír, a pesar de ser un joven adulto, su amigo sigue comportándose infantilmente cuando se siente en confianza.

— Cuando salí de la casa de tu abuelo, tu profesor seguía ahí y me comenzó a platicar sobre la academia, también de que tú no te habías ido a otro país a trabajar ni mucho menos y al final me dio la opción de venir a comprobarlo con mis propios ojos. Al principio no le quise creer, quiero decir, ¿por qué tú le ibas a mentir al abuelo?

— Bueno, ya sabes cómo es.

— Yuuji, él estaba reamente feliz hablando de tu trabajo, aunque cuando mencionó lo de tu gemelo...

— Lo sé, lo sé. Fue una locura, ¿verdad? —vuelve su atención al frente, es increíble lo grande que es el lugar y que no haya leído nada referente a este, es muy sospechoso y no sabe si huir o quedarse, pero viendo a su amigo sano y tranquilo, puede esperar un poco más antes de tomar una elección— Él sí es mi gemelo, pero cuando nació se lo quitaron a mamá y papá no sabía porque éramos una sorpresa.

— ¿Por qué me mientes?

— La verdad no se aleja tanto de esto, te lo juro.

— ¿Te han hecho daño? —voltea a verlo y su amigo sonríe cariñosamente, sabe que únicamente está preocupado por él— Mira, sé que puedo ser muy receloso con las personas que apenas conozco, también que no poseo ni la mitad de tu habilidad social, pero si estás bien, creo que es un buen lugar —Itadori sonríe radiante y él niega con la cabeza, colocando una mano en la cara de su amigo para girarle el rostro—. Visita al abuelo al menos una vez al mes, ¿sí?