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Osos de peluche

La sucia humedad del suelo había corroído parte de las finas sábanas que se extendían por debajo suyo. El líquido mohoso no tardó en impregnarse en la planta alta de sus pies y en el largo de sus talones, alcanzado a infectar, parte de las heridas que aún no cicatrizaban por completo sobre sus piernas.

Taehyung se removió inquieto ante la extraña fricción que provocaban sus extremidades contra la sustancia viscosa. Sin embargo, el chico no logró despertarse aún de su adormecimiento.

Por la relente temperatura en el lugar, no fue capaz de sentir a primera instancia el nítido ardor recorrerlo. No hasta que un extraño ruido confuso y poco intenso se produjo en pequeños murmullos bajos, llenando así la habitación y logrando alertarlo de inmediato.

Dió un respingo sobre su lugar y comenzó a parpadear en confusión. Era la cuarta vez que se despertaba de forma brusca durante la noche. Así que está vez se contuvo en su lugar, regresando a sus sentidos para tomar asiento, apacible e incómodo. Cuando enfocó su visión, comenzó a dar una pequeña inspección a su alrededor y pudo entonces darse cuenta del desastre que había enfrente suyo, en el lugar en dónde había caído rendido la noche anterior.

El moho había llenado parte de las esquinas de las paredes de la habitación debido a una aparente fuga de agua externa que comenzaba a infiltrarse entre las pequeñas roturas de la pared.

Desorientado, intentó levantarse del suelo, pero el molesto ardor había comenzado a asentarse, siendo incapaz de minimizar las dolorosas heridas infectadas en sus rodillas. Acomodó sus piernas sobre la superficie para no lastimarse demasiado y respiró hondo comprimiendo todas sus fuerzas.

Inesperadamente, el extraño ruido que lo había despertado, volvió a resonar en la habitación, provocando que pausara de inmediato sus movimientos, capturando por completo su atención.

Aquellos sonidos parecían ser los susurros de un grupo de personas a una gran distancia. No obstante, eran tan difusos, que llegaban incluso a ser completamente imperceptibles al oído, no siendo capaz de discernir el significado o traducción de las palabras.

Taehyung posó sus manos sobre el suelo y con más impulso del que le hubiera gustado utilizar, se enderezó, quedando de pie al otro lado de la habitación. Reposo su cabeza y colocó su oído contra la pared; entonces pudo percibir los murmullos un poco más sólidos, no tan definidos ya que aún no alcanzaba a comprenderlos, pero si lo suficiente concisos para confirmarlos.

Había hombres al otro lado de la habitación.

Alzando y moviendo sus pies recorrió la pared de un lado a otro en busca de un punto concreto en el que el sonido pudiera amplificarse. Sumergido en sus acciones, Taehyung no se dió cuenta cuando la puerta de la habitación se abrió sigilosamente, dejando entrar a uno de aquellos hombres de traje; arribando sobre la puerta y observando lo que hacía el chico contra la pared.

-¿Qué haces? -preguntó Seokjin recargado sobre el marco de la puerta -¿Ya estás alucinando?

Taehyung dió un pequeño salto al percibir la voz del hombre a un lado suyo. Apartándose, retrocedió los cortos metros de distancia que quedaban para que su espalda se pegara contra el otro extremo de la habitación.

¿Lo vió espiando en las paredes?

Temeroso, bajó la cabeza y colocó sus dos brazos al frente para cubrir su pecho y su abdomen. No quería recibir ningún castigo, le asustaba demasiado lo que esos hombres podían hacerle, temía de las armas, de su fuerza, de aquellas máscaras. Y lo que era aún peor era el hecho de que temía más de sí mismo, porque a pesar de tratar de conservar la calma y de obedecer las órdenes, sabía que su cuerpo era demasiado propenso a no responder, su boca se adormecía junto a otras funciones corporales, que si no fuese por la poca fortaleza que sacaba de su impulsividad, hubiera sufrido ya de fuertes colapsos apenas viera sus siluetas.

KID(S)NAP | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora