Capitulo 4.

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Capítulo 4.

"Sakura-chaaan, perdóname no quise que te enojaras conmigo, ¡sólo quise protegerte' ttebayo!"

"Se nota lo loco que esta por ti, frentona."

"Lo siento, yo...mi intensión no fue hacerte enojar. Pero no me arrepiento de haberle partido la cara a ese idiota por ti...y lo volvería hacer, sakura-chan."

"Todos en esta aldea e incluso el mundo entero saben el inmenso amor que ese baka siente por ti."

Suspiró resignada. No podía concentrarse.

Apoyando un codo en la barra y su mentón en la mano estaba, mirada al vacío. Sakura no podía evitar sentirse molesta por la situación, pero también sabía que estaba siendo una exagerada. Y el pobre de naruto estaba pagando las consecuencias.

Ahora comprendía el enojo y las reacciones del rubio cuando veía a saíto.

La verdad era que ahora se sentía mal, se arrepentía de haberle reprochado lo mal amigo que era; de haberlo sacado a él tantas veces del hospital –cuando se peleaba con saíto- en vez de hacerlo con ese imbécil mentiroso.

-debo decir que naruto nunca ha dejado de protegerme... al igual que como antes lo hacía en las misiones—murmuró en tono suave y con un toque de reproche.

Se giró cruzada de brazos para recostarse en la barra. Miró al frente donde aún estaba el rubio quien con "disimulo" miraba de vez en cuando a donde ella.

Nunca le gustó que naruto la protegiera tanto cuando iban de misión, la hacía sentirse inútil y poco productiva en el equipo. Al igual que sabía los riesgos que corría el ojiazul de ser lastimado en el proceso de salir a su defensa. Pero muy dentro de sí sólo agradecía todas esas acciones sinceras de él.

-pero...reflexionando en este caso, debo admitir que esta vez gracias a esa exagerada protección de ese baka pude conocer al verdadero saíto—sonrió sintiendo un pequeño calor en sus mejillas.

("¡Anda, búscalo y perdónalo!...sé que eso es lo que quieres")—sugirió en alardeo su inner.

-creo que...—suspiró vencida para enderezarse—...iré a ver cómo va...
.....
-mm...sip, creo que es aquí que va...—razonó el Uzumaki dejando la última pieza del alto y verdoso árbol que sería lo último por terminar en el lugar.

Naruto había tenido la idea de ayudar con la decoración navideña por varios motivos; el primero y principal, como pago por el desastre que causó en el lugar debido a la disputa de varios minutos con saíto; segundo, porque claramente se estaba aburriendo de sólo estar sentado mirando pasar al personal médico o pacientes por el lugar; y por último -aunque siendo lo más importante- para tratar de pensar en algo que le hiciere contentar a sakura con él, aunque él también lo estaba.

Se sentía indignado además de algo adolorido.

-¡listo! Ahora sólo nos queda comenzar con la decoración—informó uno de los que estaban ayudando—...oiga...—se acercó un poco al rubio--...naruto-san, ahí viene sakura-san—miró tras la espalda del rubio por unos segundos para mirarlo a él quien lo miró sorprendido desde el suelo.

Estaba sentado acomodando algunos adornos colgantes en las hojas plásticas del alto árbol.

-¿de verdad...?—parpadeó mirándole asentir y alejarse para seguir con lo que hacía.

Su corazón comenzó a latir con rapidez de sólo pensar que sakura venía a donde estaba él para arreglar todo entre ellos y por fin dejar de hacerle la ley del hielo, o también para exigirle que desalojara el lugar. Negó con la cabeza tratando de no pensar en lo segundo.

Mí deseo - NarusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora