♡ Violetas ♡ l YiZhan l (Terminada)

3~ Por un chocolate

La joven pareja tenia unos días distantes, mas de lo normal, pues ahora el omega no salía del cuarto a menos que su esposo no estuviera en casa. Yibo veía como poco a poco su pareja perdía esa chispa que le gustaba de el, aquel brillo que reflejaban sus ojos al saludarlo en las mañanas o al momento de tenerlo frente a él, aquella media sonrisa que mostraba cuando se avergonzaba al pedirle ser abrazado o el sonoro canto que se escucha desde la ducha todas las noches antes de dormir. 

Desde aquella noche en donde Xiao Zhan se culpo por no ser suficiente para hacerlo feliz había cambiado totalmente, Wang Yibo se encontraba en su oficina y a pesar de las constantes llamadas que llegaban a su teléfono, no se preocupo en contestar, por su mente pasaba aquella lagrima de su triste esposo, se maldijo a si mismo y cerro los ojos antes de sobar su frente por el pequeño dolor que comenzaba a experimentar. 

Por otro lado, el joven y embarazado omega estaba sumergido en su tristeza, acostado en aquella cama que no era en la que Yibo y él dormían, derramo lagrimas, pidiendo perdón a su omega interior y a su bebé por ser poco atractivo para Wang Yibo. 

Por su mente ocurrían pensamientos deprimentes y soluciones absurdas, como irse de esa casa y dejar ser feliz a Wang Yibo con alguien merecedor de su amor, pero tan pronto imaginaba  a su alfa con otra persona le dolía su corazón y mas lagrimas salían de sus ya rojos e hinchados ojos. 

El timbre de la puerta sonó, con pereza se levanto de su cama y rápido fue a la puerta, sin saber quien seria solo imaginaba que entre mas pronto recibía al que estuviera afuera, mas pronto volvería a la cama. 

Al momento de abrir, no vio a nadie, únicamente un ramo de violetas que descansaba en el piso, se agacho como pudo y lo tomo en sus manos, entro a casa y vio una tarjeta en el ramo, empezó a leer y sus ojos se abrieron mas al leer aquellas palabras que formaban oraciones encantadoras.

"Tu sonrisa, mi mejor amuleto en esta vida"

Xiao Zhan sintió su corazón latir, olio aquel aroma que desprendían las flores y volvió a su cuarto, no sin antes agarrar un florero. Las coloco en agua junto a la mesa de noche y la carta la guardo en una cajita color negro y la puso debajo de la cama, no sin antes leerla una vez más. Sin darse cuenta una pequeña sonrisa se formo en sus labios, nadie en su vida había tenido el tiempo y dedicación de escribirle palabras tan bonitas.

Por un momento olvido su problema inicial, y así quedo dormido el resto de la tarde.

El alfa entro a una reunión, reviso su teléfono al sentir como vibraba, leyó un mensaje y suspiro calmando su alocado corazón pues no era de su esposo. Dejo el celular y volvió a sus actividades.

Los días pasaban y con estos las semanas, cada 4 días una nueva carta con un pequeño ramo de violetas llegaba a la puerta de su casa, era un secreto que guardaba con todo su ser. Aun dormía en la otra habitación así que podía leer aquellas cartas las veces que fueran necesarias para sentirse querido. No podía negarlo, tenia curiosidad sobre la identidad de aquella persona pero no tenia manera de dar con su paradero. Y mas que ahora aquellas cartas y flores eran entregadas por un repartidor, pues en algunas ocasiones Zhan se quedaba tras su puerta en espera de ver a la persona que escribía aquellas frases tan lindas. 

Wang Yibo llego a su hogar en punto de las 10 de la noche, siempre que volvía su marido se encontraba encerrado en aquel cuarto, pero en esa ocasión no fue así, pues Zhan estaba buscando algo de comer, su bebé tenia antojo de algo dulce y para su suerte un chocolate se encontraba en el refrigerador. Lo comió con algo de prisa, Yibo vio eso y una sonrisita se escapo de sus labios, se puso serio y fue junto a su pareja, el cual se tenso al verlo frente a él.

-Yibo- lo observo -Yo, tenia hambre y baje- cerro el refri. Yibo no contesto, solo se acerco a él, paso uno de sus dedos por la comisura de los labios del omega y limpio la mancha de chocolate que permaneció ahí desde la primer mordida que dio el omega -Ah yo, gracias- se puso tímido 

-Pensé que no te gustaba el chocolate- dijo serio

-También yo- rasco su cabeza -Pero, al parecer a tu hijo si- sonrió con nervios -Yo, ya me voy a dormir, buenas noches- no pudo irse pues su alfa lo detuvo tomándolo del brazo 

-Vuelve a nuestra habitación- lo vio a los ojos, el omega se alegro por la petición del alfa así que Zhan solo asintió con timidez, no pudo negarse, no pudo hablar, solo movió su cabeza antes de ver como su esposo subía aquellas escaleras

Xiao Zhan entro a la habitación matrimonial, ahí estaba su esposo esperándolo, pues aun no dormía, solo estaba sentado en la orilla de la cama viendo a la puerta. Yibo se metió bajo las sabanas al mismo tiempo que Zhan lo hacia, se vieron a los ojos cuando quedaron frente a frente, Yibo titubeaba y Zhan solo se quedo quieto.

-Zhan Zhan- susurro el alfa -Mañana abra una fiesta en la joyería, se acerca el lanzamiento de las nuevas joyas y se organizó una pequeña cena para los empleados- explico -Quiero que me acompañes, ¿Qué dices?- 

-¿Estas seguro?- pregunto viendo su pancita -No quisiera ocasionar molestia- 

-Mi hijo y tu no son ninguna molestia, son mi familia- dijo seriamente, Zhan abrió enorme los ojos, aquellas encantadoras palabras habían salido de los labios de su amado esposo, su corazón salto emocionado.

-Gracias- sonrió un poco -Iré de compras en la mañana, pues mis trajes no me quedan ya-

-Iré contigo- anuncio antes de darse la vuelta, no podía seguir viendo el lindo rostro de aquel omega

-No tienes que hacerlo- se alarmo, sentía que podía incomodar a Yibo

-Mañana solo se trabajara en la mañana, después de las 12 se suspenderá el trabajo para que todos asistan a la cena, ahora duerme, es tarde- 

Xiao Zhan no dijo más, se dio la vuelta y así quedo dando la espalda a su esposo tal y como este lo hizo primero, cerro los ojos y suspiro, lo que no se esperaba era que después de unos segundos un movimiento ligero se sintiera, para después sentir un par de brazos rodearlo. Wang Yibo suspiro sobre la nuca de su marido, este se tenso al principio pero después quedo completamente dormido, se sentía protegido y querido, no quería que esa noche terminara.