Capítulo 9.- Fotografía.
Pov _____:
Los días pasaban hasta convertirse en una semana. El detective quién estaba a cargo de la investigación prometió mantener en secreto mi acusación si yo solo permitía tener a un guardaespaldas o vigilante a mi lado, cuya persona resultó ser ...
— Jungwon.
— ¡Oh!, buenos días noona, venga, siéntase — expresó con una gran sonrisa en su rostro — ¡el desayuno está listo! — exclamó tomando mi mano con suavidad luego de haber colocado los cubiertos en el comedor.
Sí, el pequeño hombrecito se atrevió a vivir en el mismo apartamento de yo.
En fin, no sé como resultó ser todo este revoltijo pero no cabe duda que él se ha vuelto muy maduro.
— Lo hicimos con mucho aprecio.
— Gracias — les dije a los dos con una sincera alegría.
— Oye Jung Su, ¿cómo haces para que la comida quedé tan deliciosa?
— Es lo mínimo que puede hacer luego de incumplir todas las reglas del lugar — contestó Sunghoon ante la pregunta de Jake.
Reímos todos incluso hasta el doctor Lee que inesperadamente nos acompañaba en está reconfortante mañana.
Ante tales emociones encontradas, miré a cada uno de ellos y en mi interior les agradecí a todos y al destino por haberme bendecido con tanta suerte.
[...]
— ¿Todo bien noona? — asenti mientras emitía gestos de que se marchará sin ninguna preocupación pero al verlo no tan convencido no hubo más remedio que apechugar mis saltarinas palpitaciones y revoloteos en el estómago para así colocar un beso en su tan marcado hoyuelo.
Sus orejas al igual que sus mejillas pintaban de un color rojo muy llamativo. Se había sonrojado con un simple beso y eso casi hace llegar querer tocar el cielo e inclusive a pesar de haberlo atontado logré escuchar como me decía "bien, me iré, por favor cuídese mucho... la veré más tarde", con una profunda pero torpe voz.
Al ver como se alejaba, caminé hasta mi casillero a tomar mi bata y dejar algunas cosas.
Allí me topé con Handong y Siyeon.
— Hola — saludó la peli negra — ___, ¿tienes un minuto? — confundida asenti.
Dirgiendonos a su consultorio me hizo tomar asiento. Con prisa sacó del archivero una carpeta que colocó con cuidado en la mesa donde estaba yo.
— ¿Estás bien? — pregunté preocupada y con inseguridad me la entregó — ¿esto es de Jooyeon?, ¿qué pasa con él?
— Revisa la última nota — al hacerlo me llevé una gran sorpresa — en mi última cita noté un comportamiento muy diferente al Jooyeon que conocemos, era más frío y calculador, es como si estuviera atendiendo a otra persona y créeme, me hizo sentir incómoda.
— Entiendo pero Handong y ¿por qué me lo dices a mí?
— Porque fue después del interrogatorio que tuvo con el detective Shi Yoon — me dijo con intranquilidad — mirá, no sé que pasó allí y tal vez no esté respetando la confidencialidad del paciente pero ya no sabía a quién recurrir...
— Y supongo, ¿quieres qué en mi próxima cita lo haga hablar?
— No lo digas de esa forma, pero quizás sí o solo si tuvieras una breve charla con ese detective me ayudarías más que nadie — explicó con pena — hazlo por todo lo que hemos vivido con él y si no te es suficiente con eso, hay algo más — expresó llamando mi atención — aquél mechón de pelo, ya no existe.
