Capítulo 4.- Olvida (Parte Uno)
Pov Jungwon:
Entre más la veía, más deseaba saber de ella.
Su perfecta sonrisa, su aura, su todo; ¿quién pensaría qué está hermosa chica se había enamorado de un idiota cómo yo?
Pero ahora que la tengo conmigo, ¿tal vez aún sentiría algo por mí?, no creo, eso suena muy egoísta de mi parte...
Lo primordial es primero disculparse y luego recuperar lo perdido de hace un par de años.
Por suerte un rayo de luz iluminó mis plegarias.
Sola en el balcón, suspiraba unas cuantas veces mientras observaba algo con demasiada atención; curioso me había acercado sigilosamente hacia ella, pero con eso fue suficiente para que escondiera el objeto.
— Hola — me dijo con una sonrisa un tanto fingida, a leguas lo era.
— Hola noona, ¿qué está haciendo aquí sola?, todos irán a dormir y usted está pasando frío en este balcón — pregunté tímidamente.
— Jungwon... ¿puedo hacerte una pregunta? — asenti mientras la miraba con detalle a cada gesto que podría emitir y entre suspiros volvió a hablar — si tuvieras un objeto de valor emocional y también económico pero, dejo de ser especial para ti, que eligirias, ¿quédartelo, tirarlo o regalarlo a alguien que lo necesite y pueda beneficiarse de eso?
Confundido junte mis manos mientras pensaba.
— Un objeto especial pero que ha perdido su encanto, ¿no? — asintió mientras miraba sus pies — creo que es mejor dárselo a alguien que pueda beneficiarse de algún modo, sería un desperdicio no aprovechar la oportunidad.
Y con una sonrisa ahora más natural me había dado las gracias.
— Ahora vuelvo — dijo para ir por un suéter y un abrigo, también un poco de fruta y agua.
Confundidos miramos extrañados a la acciones de noona pero con unos sutiles gestos se despidió sin decir nada más, asustados, Ni-Ki, el tal Sunghoon y yo corrimos tras de ella pero fue más rápida en desaparecer.
Al bajar del elevador nos topamos con un hombre mucho más alto que nosotros tres pero que inmediatamente señaló a los otros dos individuos.
— ¿Ha visto a ____? — esté asintió — ¿dónde?
— En la entrada — respondió — dijo que volvería en un rato pero Sunghoon, sabes que ya casi es el toque de queda, si es posible traiganla a tiempo.
— ¡Si tío! — exclamó apartandolo.
Los tres juntos salimos en busca de noona, el viento nos pegaba fuertemente y la noche había caído por completo, también parecía ser que en poco se soltaría una gran lluvia. En específico el mayor de edad parecía demasiado inquieto.
— Y ¿si mejor nos dividimos? — asentimos ante la pregunta de Ni-Ki para así realizar dicho acto.
Giré observando en cada rincón pero no era lo suficientemente claro para que pudiera verla o hasta que escuché su bella melodía.
Miré hacia aquella dirección, dónde les daba el abrigo a una señora y a su hijo que trataba de dormir en los brazos de su madre.
“¡Noona!” exclamé mientras iba para allá e inmediatamente me miró con una brillante sonrisa.
— Por favor acompañeme, iré a llevarlos a un albergue que está cerca de aquí — me dijo mientras les ayudaba a pararse — hoy lloverá y hará mucho frío, es mejor que a su pequeño le de calor y alimento, por favor acepté está poca comida.
La mujer negó diciendo que era suficiente con el abrigo y el albergue pero el tierno niño tomó la comida con desesperación por lo que sin más remedio lo había aceptado.
