Capítulo 2.- Realidad
Pov Jungwon:
Un año después.
— Jungwon, creo es mejor terminar — me dijo mi primer amor con pena y melancolía en su voz — hay alguien más... espero que tú puedas comprender, hace mucho que me dejaste de gustar y lo siento, de verdad lo siento...
— Sí, lo entiendo así que no te disculpes — respondí con un gran nudo en la garganta mientras cerraba el puño — bien, entonces... cuídate y adiós Lucy.
— Adiós Jungwon —
Tarde o temprano este día estaba por llegar, solo era cuestión de que ella me afrontará y ahora que ya estaba hecho, ¿qué haría con mi vida?
Y aunque el dolor me atravesará todo el pecho, no podía tomarlo personal, pues sabía que este amargo momento se volvería en un simple recuerdo, ¿un poco cursi, no?
Bueno, ahora curiosamente las duras gotas de lluvia golpeaban mi rostro entre mezcladas con mis lágrimas.
Cansado y agotado caminé hasta la estación de autobuses para volver a casa pero era lo que absolutamente no quería...
Todos subían y bajaban pero yo... yo solo esperaba un milagro, algo inesperado que me hiciera ver ese rayo de luz que había desaparecido por tal noche gris y he aquí mi proclamación.
Sin creerlo una chaqueta abrazaba mi espalda, dándole esa sensación de calidez, junto con una tonalidad llena de emociones en aquel reproductor de música que habían colocado en mis manos mientras mis oídos se deleitaban en ella.
Un momento único, en el que una mujer me miraba con ternura y compasión.
Vestida de negro, dejando a la vista solo sus hermosos ojos pues era lo único que podía analizar ya que la mascarilla le cubría la mitad de su rostro.
Y así, como fácil llegó, fácil se fue.
[...]
Dos años después.
Las preocupaciones de la universidad me traían corto pero por suerte la única zona de "liberación" era mi cuarto donde podía estar a gusto sin necesidad de ningúna queja a excepción de Ni-Ki pero mayormente nunca estaba al igual que Sunoo.
Con ansias de recostarme y escuchar aquel reproductor metí las llaves a la perilla con brusquedad.
Cuando había logrado ingresar escuché unas risas en la cocina, curioso me acerqué sigilosamente y con una sonrisa saludé a la persona que estaba al lado de mi amigo.
— Que hay bro— me respondió mientras carcajeaban.
— ¿Ha pasado algo? — pregunté aún curioso a lo que Ni-Ki negó mientras cerraba el computador.
— Nada, no ha pasado nada — y volvieron a reír.
— Bueno — respondí con una mueca — estaré en mi habitación por si ocupan algo.
— ¡Oh, si gracias pero yo ya me tengo que ir! — nos dijo a los dos mientras miraba su celular — los chicos me esperan y se molestarán si no cumplo las normas que debíamos de acatar — habló mientras hacía un puchero — es que hay un nuevo compañero y es muy, ¿cómo decirlo?, ¿impuntual?, y gracias a él no han castigado a todos.
Asentimos mientras nos despediamos de Jake sin antes decir algo que solo Ni-Ki podría llegar a entenderle.
Aún con la duda me fuí a meter a mi habitación con el objetivo que tenía dede un principio, encerrarme en un mundo fantástico, dónde dominaba la imaginación a través de ese reproductor.
Graciosamente solo eran cinco canciones, dos de Sleeping With Sirens, una de Måneskin y dos de un grupo llamado Sweet Dreams, en especial el último era mi favorito pero había un problema.
