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La soledad, la ansiedad, los insultos y los monstruos, esos que no bastan con que se escondan debajo de tu cama, te siguen a todos lados. Manchando tu vida como si fuera a la única que deben destrozar, capa por capa, memoria tras memoria y te infunden un miedo que cala hasta tus huesos. No les importa si gritas, corres o pides auxilio, te ven desangrar con el mayor de los regocijos, simplemente porque estás en su camino, porque obstruyes su día magnífico, porque creen que les quitas la luz de su protagonismo. 

20 de julio de 2022

El día está soleado y las palmeras se mecían de un lado a otro reconociendo la maravillosa brisa que alentaba la playa. El día más anhelado de nuestras vidas, la mejor de las fiestas se llevaría a cabo en una de las playas más famosas por turismo. Prometía ser la mejor de las noches. Con mi grupo de amigos inseparables llegamos un día anterior y nos hospedamos en el resortl Milvore.  

—Zee, tu padre dijo hasta ¿cuántos días podríamos utilizar el yate? —preguntó Thiago envolviendo su brazo alrededor de mi cuello. 

—Thiago será por cuatro días. Nada más que eso —establecí. 

—Oh vamos querido Zee —intervino Luna con una melosa voz, recostando su mentón en mi hombro haciendo un puchero —queremos divertirnos por más tiempo. 

—El yate es prestado. Y si mi padre dió permiso para tres días, respetaré su decisión —hable firme, separándome de mis dos insistentes amigos. En el pasado a menudo me dejaba convencer por ellos, pero eso cambió cuando por poco nos accidentamos en una carretera por jugar a las carreras ideadas por Thiago y consentidas por Luna. Fuimos afortunados de no morir.

—Chicos no insistan, Zee tiene razón. Mejor disfrutemos de los días antes de que acabe pronto —apoyo Mew, colocándose sus lentes de sol. 

—El señor aguafiestas apareció  —se aproximó mi amigo Lhong, llevando sus lentes de sol puestos en la cabeza—. Zee, amigo mío. Morirás muy joven si no te diviertes. No pasa nada si no llegas un día a tiempo con tu padre, le dices que hubo un contratiempo. Recuerda que es nuestra última fiesta de amigos, después todos nos separaremos y nos haremos responsables, viejos y con hijos, etc, etc. 

—¿Quieres que desobedezcas a mi padre por su capricho?

—Lo que digo es que te diviertas, no pienses en nada. Ya veremos la excusa que le dirás a tu padre —Convenció Lhong. 

Di un suspiro ¿como negar cuando tienes a todos en tu contra? Salimos del pasillo de habitaciones para dirigirnos hacia el restaurante para desayunar. Después ir a ver qué tipo de distracción había en la playa o visitar el centro. 

Lhong encabeza el grupo, cómo de costumbre siendo el guía de turismo, escogiendo a qué lugar ir dependiendo de si le gusta o atrae su atención. Después le sigue Mew, Luna, Thiago y yo a la cola. Llegamos al restaurante y los demás siguieron el rumbo de Lhong, pero yo me distraje en la entrada. Veo a alguien conocido. ¿Es Gulf? Su espalda ancha y su delgadez no habían cambiado en absoluto hablaba con el dueño del hotel. ¿Estará de vacaciones? A mí mente vinieron los recuerdos de cuando éramos amigos. 

Nos conocimos en Preparatoria, a principios de año nos hicimos amigos, al menos es lo que yo creía. Gulf era muy poco conversador, no tenía amigos, prácticamente era el único que se le acercaba. No sé porque era solitario, pero era un chico amable, de buenos modales y un buen escuchador. Pero después de lo sucedido con Luna, las cosas cambiaron, me enojé demasiado. Jamás pensé que Gulf me decepcionaría. Le pediría explicaciones pero desapareció del establecimiento y de la ciudad. Entonces este sería un buen momento para que explique las cosas, por ser un mentiroso e hipócrita, empecé a dar pasos que casi que quemaban el suelo, pero una voz me detuvo. 

NO PUDE SALVARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora