IV: Te contaré una historia

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Había pasado la primera prueba pero no estaba satisfecho con lo que el anciano me estaba contando sobre mi pasado...
Habían pasado ya dos horas y el viejo seguía y seguía hablando sin parar, no bebía ni agua...
Yo no dejaba de mirar el extraño aspecto que tenía, había dejado de prestarle atención hacía un rato y su complexión me llamaba la atención.
El anciano era delgado, casi en los huesos, tenía la cara redonda pero apenas mostraba sus increíbles y llamativos ojos violeta, ¿cómo no los había visto antes? Brillaban tanto que era imposible distinguir si solo había uno o dos.

-¿Te estoy aburriendo verdad, Andrew?- preguntó inesperadamente el señor del tiempo- Lo lamento tanto... No suelo recibir visitas tan esperadas y especiales... Yo, junto a Donald, te crié. Todas esas mañanas en las que ibas corriendo de casa de tu chica a la "escuela de personas sin padres" es decir los niños raros, a los que nadie quiere... El orfanato... Yo soy el que hacía que llegases antes de que Don te pillase entrando por la ventana, el que te ayudaba a llegar a tiempo a todos lados... Así que de nada muchacho.

-No me aburre señor, simplemente tengo dudas sobre muchas cosas...

-Pues adelante, pregunta- me cortó antes de que pudiera seguir con mi excusa.

-Bueno... Pues... Quiero saber más sobre "mis padres"- dije haciendo unas comillas con los dedos en el mis padres para demostrar aún más que no los consideraba así.

-Está bien... Dime, ¿qué quieres saber?

-¿Cómo son?¿Qué hacen? Quiero la verdad sobre ellos.

-De acuerdo... Ponte cómodo... Te contaré una historia...

Vida y Muerte

-La historia comienza con la aparición de un chico en el andamio de un edificio en construcción, entre los dioses (a los que tendrás que vencer para volver a la vida) hicimos apuestas sobre su próxima acción.
Las más imponentes fueron las de Miedo y Amor, sentimientos contradictorios y que siempre van juntos sembrando el caos, pues todos piensan que Amor es tierno.
Miedo apostó a que él podría hacer que se lanzase al vacío, mientras que Amor apostó a que únicamente se lanzaría por una persona.
Yo en ese momento era el padre de los dioses, era mucho más joven que ahora, solo llevaba 4.500 millones de años existiendo mientras que Amor y Miedo existieron 1.300 millones de años más tarde, nacieron de mi unión con Paz, la única vez que yo me atreví a procrear con un igual.
El caso es que no éramos veinte dioses como ahora, sólo éramos cinco y los tres que no hablamos en las apuestas decidimos otorgar a ese chico un don.
Si el chico perdía la existencia se convertiría en el dios llamado Muerte, tu padre, en cambio si el chico volvía a casa su don volvería a nuestro poder, e Ira, el tercero de mis hijos con Paz, haría que ese chico tuviera una existencia horrible.
Fue entonces cuando Amor cometió el error de otorgarle visión a ese chico pues eso hizo que nos viera jugando con él, el monstruo (Miedo) hizo que retrocediera pues estaba acercándose a nosotros. Cuando retrocedió perdió el equilibrio y giró la cabeza buscando un lugar donde agarrarse, Amor lo agarró para quitarle la visión, pero era tarde él ya había visto demasiado, incluso vio a la chica que estaba sentada en el parque de al lado y que miraba la luna mientras en su mano empuñaba un cuchillo que lentamente presionaba con fuerza contra su pecho. Fue entonces cuando los cinco dioses decidimos darles el don que los convertiría en dioses, en cierto modo fue una adopción.

El JineteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora