El ruido de la secadora de cabello es ensordecedor pero es necesario para que mi cabello no chorree. Aún así lo seco completamente sentada en mi tocador con espejo.
En mi rutina diaria no hago nada realmente, uso protector solar y me hago una coleta. No me esforzaré para arreglarme o verme "linda" para una vida que no tiene nada de emocionante.
Antes de tomar mi mochila y salir de mi habitación miro el frasco de ahorros con una foto de la Torre Eifel* pegada.
-Muy pronto- susurro para mí misma.
Ya debo salir, en otro momento tendré tiempo de fantasear.
-¡Feliz cumpleaños a Dany, feliz cumpleaños a ti!
Apenas pongo mi trasero en la silla del comedor mi tía canta esa tonta canción trayendome una torre de panqueques con una candela encima.
-¡Melissa! Ya cálmate, por favor- me cubro la cara apenas veo como sostiene su celular apuntando la cámara a mí.
-Sonríe, es para tu abuela- no lo hago -No me voy a calmar. ¡Dieciocho años no se cumplen todos los días!
Pone el plato frente a mí y apagó la candela de un soplido.
-¡No lo puedo creer! Hace dieciocho años te estábamos esperando ansiosamente.
-Sip, hace dieciocho años le partí la vagina a mi mamá...- pruebo la crema batida con mi dedo.
No quiero ver hacia la cámara, es tan vergonzoso, pero mi tía es así, esa es su forma de quererme.
Apaga el celular y trae su desayuno para sentarse a mi lado.
-Gracias, tía, los panqueques están ricos.
-De nada, mi amor- me soba la espalda.
Mi tía tiene una sonrisa cálida digna de una madre y un positivismo que quisiera haber heredada.
-¿Si vas a ir al salón esta tarde, verdad? ¿Verdad?- pregunta cuando no le contesto.
-Ya te lo había prometido- me fastidia un poco la pregunta pero le trato de responder lo mejor posible.
Hace como un mes le había prometido que la dejaría arreglarme y hacerme lo que ella desease* en el cabello y las uñas para este día.
-¿Me vas a dejar hacerte lo que quiera?
Pelo los ojos y la señalo -No me pintes el cabello de color neón- le advierto.
Levanta la mano -Lo prometo- se cree la graciosa.
Sigo disfrutando de mi desayuno y el café con le ve es realmente bueno.
-¿Hoy es la fiesta de Stacy Mckenzie?
Sé lo que insinúa.
-Sip, es mi tocaya* de cumpleaños- trato de no darle importancia. Me lleno la boca y comida.
-¿Vas a ir?
-¿A la fiesta de la odiosa y presumida Stacy?
-Vamos, es tu compañera de generación, aparte sus fiestas son increíbles.
-¿Cómo sabes eso? Ni siquiera vas a la secundaria...
-Todo mundo sabe que sus padres la dejan hacer fiestas porque es una berrinchuda. Aún así todos se divierten en sus fiestas.
-¿Estás sugiriendo qué vaya a una fiesta de adolescentes sin supervisión adulta donde los chicos se embriagan, drogan y tienen sexo?
-No te estoy pidiendo que salgas te emborraches y tengas sexo, pero jamás te jugaría... Sobre todo cuando yo ya lo hice...- dice lo último tapándose la boca con la taza de café.
ESTÁS LEYENDO
Poemas de mi indignación con el mundo
RandomEl título ya lo dice todo... lean mis más profundas opiniones sobre cómo va el mundo. Espero les guste.