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Después de todo lo que he pasar en menos de veinticuatro horas, un pensarlo se ha vuelto real para mí; puedo morir en cualquiera momento.

Fue en todo lo que piense mientras hablaba con Gray, fue que puedo morir y la gente a mi alrededor también puede morir por mi culpa.

Todo me abruma y sólo puedo llorar, ya no quiero hacerlo más, pero no lo puedo evitar. Y quería un consuelo, Melissa no está y por eso abracé a Noah, solo quería sentirme mejor.

Pero mientras él me rodeaba, también pensé; voy a morir y voy a morir virgen, no quiero morir virgen. Y se me ocurrió de repente, al estar tan cerca de Noah... Quiero perder mi virginidad con él.

Cuando me alejé y él me acarició la mejilla, vi que me estaba dando luz verde. Entonces lo besé. El primer contacto con sus labios fue cálido y suave. De todas formas Noah mantuvo sus labios entre abiertos mientras yo los movía con lentitud.

Mi corazón latía con fuerza y pensé que todo iba bien hasta que... se alejó de mí.

Caminó para atrás saliendo del baño -No, no, Dany.

Dijo con la boca bien abierta. Y me señaló con su dedo.

-¡No vuelvas a hacer eso nunca!- me regañó y se dio la vuelta tomándose del cabello como si se lo quisiera arrancar.

No le gustó, me rechazó. En seguida un sentido de angustia empezó a creer en mi pecho junto con la vergüenza que calentó mis mejillas.

Mierda, no puede ser, soy una idiota. Muero de pena y quiero que me trague la tierra. Tomé la puerta del baño y la anoté cerrandola con seguro, no tengo donde huir, solo me encierro.

Mierda, ¿qué hice?, ¿por qué se me ocurrió besarlo y creer que podía acostarme con él. ¡Lo conozco hace un día! ¿Qué me sucede? Y con razón Noah me rechazó de inmediato, debe pensar que soy una niña loca.

Sin darme cuenta otra vez estoy llorando, sentada en el suelo con la espalda pegada a la puerta.

Noah intenta abrir el pomo -Dany, Dany, abre.

No respondo, no tengo cara para hacerlo.

-Dany, hablemos por favor.

Toca con sus nudillos.

-¡Ya déjame en paz!- genial, sí, eso fue lo que se me ocurrió después de meter la pata.

-No estoy enojado, sólo quiero hablar- habla suaves. Pero aún así no puedo hablar con él.

-No... Sólo olvidado, ¿si?

-Está bien, olvidado, ahora abre.

No lo hago.

Lo escucho gruñir y moverse.

-Okay, esperemos aquí hasta que Andrian venga.

Se calla porque yo no le respondo. Bien, puedo quedarme aquí horas.

-Sabes...- empieza a hablar de nuevo -Le prometí a tu padre que te cuidaría siempre y sin importar qué.

Eso hace que saque mi cara de entre mis rodillas.

-Tal vez para ti no es un buen hombre, pero para mí era el mejor- habla despacio -. Una vez lo vi acercarse a un grupo de niños jugar fútbol en la calle y... Había un niño jugando con los pies descalzos, porque no tenía zapatos para fútbol... Y Los otros niños no estaban mejor.

Parece que es muy importante para él lo que me está contando.

-Y tu padre les regaló un balón nuevo y al chico de los pies descalzos...

Poemas de mi indignación con el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora