"Hago todo por ti"...
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Trataba de llevar una vida tranquila, con un círculo de amigos pequeños, con altas y bajas, pero después de todo una vida tranquila.
Hasta que esos hermosos orbes grises me hicieron tambalear, incluso...
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D. Malfoy
—Tenías razón Pansy. –se gira de nuevo hacia los jardines del castillo– Hoy sería un gran día. -dice con sarcasmo, chistando los dientes.
Bueno, en definitiva la lluvia no estaba en nuestros planes para picnic, lo que parecía ser un día soleado se volvió nublado y lluvioso. Miramos el césped mojarse, suspirando lentamente.
Abatidos nos encaminamos a nuestra sala común, incluso hemos conseguido una Quaffle, para entretenernos durante la "hermosa" tarde.
Nos dejamos caer en los sillones, aún con caras largas, siento un leve movimiento a mi lado, es Alya, acercándose un poco hacia mi, me contengo para no sonreír tontamente.
—Bueno, no nos deprimamos, ¡Tengamos nuestro picnic aquí!. –exclama Blaise poniéndose de pie de un brinco– No vamos a desperdiciar la comida.
Theo se pone de pie en señal de que apoyaba la idea, siendo seguido por los demás.
A los pocos segundos ya estamos moviendo los sillones y las mesas hacia un lado de la sala común, dejando un gran espacio libre, donde Alya empieza a extender los manteles con diversos estampados que habíamos conseguido, tomo unos cuantos cojines y los disperso sobre los manteles.
Espero a que Alya tome asiento para sentarme lo más cerca posible.
Observo detalladamente sus movimientos por lo que tardo en reaccionar a la galleta frente a mi nariz, pestañeo con rapidez, tomando la galleta entre mis dedos, le susurro un agradecimiento antes de comer.
La castaña toma otra galleta, comiéndola a la par mía, dando respuestas breves al moreno, que estaba al otro extremo, siendo sincero, poca atención le puse a la conversación, solo estoy aquí, observándola con atención.
Es muy probable que haya sentido mi mirada por lo que me da una mirada rápida, con un ligero rubor en sus mejillas, acomodando su cabello detrás de su oreja. Cubro mi sonrisa con el dorso de mi mano.
Finalmente desvío mirada a la otra castaña sentada a mi lado, le doy una breve sonrisa incómoda, la cual me regresa de igual manera.
Muchas noches cuestiono la decisión de mi padre, ¿por qué Astoria y no Alya?, quiero decir, Astoria no me desagrada, simplemente no es mi tipo y yo dudo ser su tipo, pero el miedo de llevar la contraria a nuestras familias nos retiene de refutar.
