—¿Que te dijo qué?
Satoko se acercó muchísimo a la cámara de su computadora cuando Kanae dio cierta pequeña noticia.
—E-, Es que fue raro...
—¿¡La rata te pidió tu número!? ¡Que te muerdan los onis Sanemi rata! ¡Hijo de pu-!
—¡Mukago!
Fuera de tiempo. Mukago estaba corriendo por su habitación gritando que las ratas querían revolucionarse siguiendo ideologías políticas comunistas.
—¿Entonces sí le gustas?
Cuando la única cuerda de sus amigas pregunta eso, Kanae se tensa.
—Pues... ¿quizás?
—Kanae... —La mirada de fastidio de Satoko pica en Kanae.
—Es que, me-, me caí y fue raro... luego me ayudó a levantarme y-, y nos fuimos... aunque hablamos un poco... Mukago quédate quieta, me pones nerviosa.
Mukago había encendido un cerillo y de algún lado sacó una bandera roja, con una hoz y un martillo, para encenderle fuego.
Satoko intervino para evitar el cambio de tema, ya que sucesos de ese estilo eran más comunes de lo que quisiera.
—Mira, Kanae ¿no te gusta? Sé que te gusta, no me respondas. ¿Y ahora estás diciendo que fuiste incapaz de dejar en claro si están saliendo? ¿¡O al menos si le gustas!? Llama a Sanemi en este momento.
La de ojos lila apretó sus labios, intentando hacerse la loca.
—¿A-, A qué número?
—Linda, eres la peor para ocultar secretos, llama al maldito Sanemi ahora mismo.
Alguien empezaba a respirar con más velocidad.
Y no era Mukago, ella había sacado su hámster y le estaba explicando los problemas de que los monopolios políticos se inmiscuyeran en la economía búlgara.
[ · · · ]
Sanemi miraba la cena, sin despabilar.
—Nemi ¿estás bien?
—Estoy bien.
Responde casi en automático cuando su madre le pregunta.
—Pareces perdido ¿pasó algo con Kanae-chan?
El pequeño cambio de expresión en la boca de Sanemi fue captado por la mayor, el menor y la menor. Su madre, Genya y Teiko parecían entender.
Pero solo se miraron en silencio.
Al sentir el ambiente extraño en el que él era el centro de atención, Sanemi empieza a probar su cena.
—¿Te le declaraste?
La mirada de Sanemi se desvía por una milésima, pero mantiene su compostura.
No responde.
—¿Ella se te declaró?
Muerde con fuerza.
Su lengua.
—Mgh-
—Oh... —respondió el coro al actor.
—Eso, bueno, no así...
Un dedo señalador lo señala, mientras una voz femenina lo incrimina.
—¡Te gusta! ¡Lo sabía! ¡Yo lo sabía!
La excéntrica Teiko no tuvo reparo en echarle en cara a Sanemi que estaba en lo cierto.
—¿Cómo fue? El amor adolescente es tan lindo...
Su madre también se interesa, sonriendo y mirándolo... ¿seriamente?
—Sé como tu padre y te aborrezco de la familia. —Madre sonríe.
La presión era mucha.
Pero el sonido del teléfono interrumpió el ambiente, dándole una salida.
—¿Quién es? —Shuya se acerca a él.
—Número desconocido.
Contesta.
—Mukago cállate.
—¡Hámster el sistema no-!
—L-, Lo siento, lo siento.
Conocía esa voz.
—¿Kanae?
Todos los ojos de la mesa, que habían intentado darle privacidad al hablar por teléfono al ver hacia su comida, vuelven a verlo.
—¿Es Kanae-chan? —Madre.
—¿Tenía tu número? —Teiko.
Los labios de Genya temblaban, casi a punto de llorar. Era un alivio que su hermano no tuviese solo pandilleros de amigos.
—Y-, Yo, Sanemi-s-, san.
—¿Hola?
—Ya-, Ya me voy.
El teléfono de Kanae empieza a vibrar violentamente en esos momentos, siéndole capaz a Sanemi de oírlo.
—Lo siento, Satoko me está escribiendo.
Cuelga.
Los ojos de su familia, llenos de expectativas, lo miran con cierto tinte de decepción.
—Estaba ocupada.
—Ahhh —exclama Teiko sentándose a comer con cara de fastidio.
Su madre solo sonríe y continúa su cena, casi olvidando que hacía nada lo había amenzado.
Genya cenó entre lágrimas y Sanemi, lleno de sentimientos inexplicables solo se preguntaba:
—¿De dónde sacó mi número?
Su teléfono vibra.
Una Kanae medio dormida se levanta de la cama.
—Satoko, ya dije que hablaremos mañana.
Parpadea varias veces, queriendo dormir.
—¿Foto? ¿De qué?
Abrió la notificación.
Era una foto suya sacándola la lengua, guiñando un ojo y con un símbolo de paz en su otra mano.
La foto que tanta vergüenza le causó.
—Qué-
Despertó, solo para saber que no era Satoko.
Él había abierto galería.
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Magia en tus ojos - SaneKana
FanfictionÉl era un delincuente, ella fue pillada con el teléfono de tal delincuente en sus manos. Sanemi x Kanae. Kimetsu no Yaiba de Koyoharu Gotouge.