#Capitulo 3#

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Para Zuko, las palabras mencionadas por su mejor amigo y aquel detalle ante la chica que ambos amaban, eran peores que el Agni Kai que había tenido con su padre muchos años atrás, pero para el resto de los invitados, la idea de que en un regalo de flores de Aang hacia Katara estuviera escondido un collar de compromiso de la tribu del agua, era una manera original y creativa de pedir la mano de una chica.

Quizás lo más doloroso, era aquella mentira que se tenía que decir a si mismo, sobre que así tenía que ser, sobre que estaba feliz por el compromiso de su mejor amigo, sobre que aquello que sentía por la maestra agua no era lo que él creía.

No, lo más doloroso fue, el "Sí" que Katara le regaló al chico que alguna vez fue su misión, solo con un par de titubeos justificados por la emoción del momento, mientras que Zuko tenía que mantener una sonrisa ante aquella noticia.

Después de un par de horas, el palacio quedó vació, y al equipo Avatar descansando para el viaje de vuelta el polo sur que tendrían que emprender próximamente.

Zuko estaba en su habitación, buscando canalizar sus emociones a manera que no inundara de llamas todo el palacio, cuando un delicado sonido apareció en su puerta

—Quien quiera que sea, largo— mencionó Zuko

—Zuko, por favor, quiero hablarte— se escucha la voz al otro lado de la puerta

Quizás una persona más lista hubiera arrojado la petición de la maestra agua lo más lejos que pudiera, pero a Zuko le ganó la curiosidad de saber lo que ella tenía que decir ante lo que acababa de pasar.

Abrió la puerta y la vio ahí parada, jugando con un mechón de su cabello a causa de los nervios, y luciendo ya en su cuello el collar obtenido como regalo de Aang. No podía mantenerla ahí demasiado tiempo antes de que alguien pasara por ahí sospechara, por lo que le dio la señal de que tenía la entrada hacia la habitación, cosa que ella no se tardó en seguir mientras cerraba la puerta.

—Te escucho entonces— dijo él con la espalda recargada en la pared y los brazos cruzados

—Zuko, tú y yo sabíamos que esto algún día iba a suceder, y que el corazón de Aang era algo que ni con tus influencias del señor del fuego hubieras podido detener

—Dime algo que no sepa ya

—¿Por qué te ves así entonces? Y no intentes mentirme

En ese momento fue que Zuko pudo dejar su corazón al descubierto, dejar de lado aquella mentira que se había dicho a si mismo durante las últimas horas y dejar sus sentimientos al mando por una vez, pero el costo de aquello, era aquel incómodo nudo en sus estomago que tendría que ignorar si quería hablar.

—¿Por qué? Lo diré en términos que puedas entender— mencionó él —Yo no quería nada de esto, desde el principio no quería sentir celos

Zuko sintió en su rostro como sus emociones estaban desbordando más de lo que tenía planeado, por lo que solo pudo darle la espalda a Katara y golpear la pared con los puños

—Yo...— dijo Zuko, pero se le complicaba seguir hablando —Cada que reaccionaba, que me daba cuenta de que no eran solo sueños cuando estábamos juntos, recordaba aquellos espíritus en el polo norte. Solo están ahí, dando vueltas en una danza sin fin, empujar y tirar, muerte y vida, bien y mal, yin y yang, complementándose

Katara en ese momento se sintió absorbida por aquellas palabras.

—Durante un momento, sentí que éramos algo así— mencionó Zuko terminando aquella oración que había dejado incompleta y dándole la espalda nuevamente a la pared —¡Y maldita sea Katara! ¡No quería enamorarme de ti!— dijo ya recobrada su compostura

—¿¡Y tú piensas que yo no quería lo mismo!?— le gritó la maestra agua

Eso para Zuko fue el equivalente a un golpe en el estómago que le sacudió la mente, dejándolo sin nada coherente que decir

—¿Qué?

—Acepté casarme con Aang porque tú estabas haciendo que pusiera en duda todo lo que creía que mi corazón quería. Quiero estar segura de algo de una buena vez

Ahí fue cuando la voz del silencio se apoderó de la habitación, la chica de ojos cristalinos parecía querer ignorar que decir aquello había sacudido algo en su interior

—Será mejor que me vaya, tengo cosas que empacar todavía— menciona ella dirigiéndose a la puerta

—Solo dime algo— preguntó él cuando la puerta se abrió un par de centímetros —Todas las noches que pasamos, todo lo que dijimos, ¿Algo de eso fue real o fue una prueba para ti misma?

Katara, con las mejillas bastante rojas y con aquel sentimiento incómodo en su estomago creciendo con cada respiración, no hizo más que salir de la habitación para correr por el pasillo, cuidando de que nadie la hubiera visto salir de ahí

Zuko en ese momento se quedó solo, con la pregunta en sus labios y con los ojos humedecidos. Llanto, lo que nadie se espera del señor del fuego, fue lo que se creía escuchar en aquella habitación, pero eran lágrimas que nadie debía de ver y sollozos que nadie debía de escuchar, aunque retenerlos, esa era la parte difícil.

***

"Dije que venia fresco con conocimientos de la serie, y hago lo que puedo para adaptar lo que se a esta historia que a ustedes les gusta. Igual, 5 días no esta tan mal, ¿O sí?"

Esta parte está dedicada a Luxury20 quien mi amigo me contó como a pesar de que él se tardó en actualizar siguió con su y con sus comentarios que le dieron la inspiración para continuar. Desde aquí te mando un abrazo bien apretado y un flameante "Gracias" por haber cuidado de mi amigo cuando estaba comenzando con sus historias.

Solo una noche más | Katara x ZukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora