Carta II
De: El ayer
Para: La mariposaPor el viento que te trajo a mis ojos:
Iba caminando y me topé con mi yo del ayer, me dijo que dejara de pensar que el mañana era el hoy y el hoy ya no estaba, se manifestó en la brisa cuando bajaba la colina, era el sol en lo alto, más allá de las montañas, tenue, detrás de las nubes que se desvanecían a lo ancho para dar paso al mar del cielo, de un azul intenso, imposible de creer que siquiera pensara en llover, y es que hacía mucho frío fundido en la luminiscencia de la estrella del día. Era recordar, un flotador, la arena, el agua salada en los ojos, el clima de hoy era igual a lo lejano de tus abrazos. ¿De quién eras los brazos? Mi yo no me respondió, me permitió sentirlos y vivir otra vez esa sensación, me dijo que me quedara con eso que con el quien de quién ya no es. Hoy recordé la playa, recordé las quemaduras, el agua mala que decidió picar la piel de mi pierna infantil, hoy me recordé a mí, y te recordé a ti, porque fuiste parte de mí. La brisa era más intensa cuando más bajaba, me quedé estática, viviendo su soplar. En silencio, me puse a observar, voló a mi derecha. Se posó cerca. Majestuosa y brillante, vivo su naranja, su azul, su marrón, su oro soñador. Me acerqué a ella, se fue. A la mariposa no le gustaba ser admirada.
YOU ARE READING
Seamos un Mar
PoetryComo la marea impredecible, a veces en calma y a veces tormentosa, como el océano incalculable, escondiendo en si monstruos y criaturas de indefinida belleza. Somos un mar que nunca supimos descifrar, pero infinito, perdurable, hermoso en su caos y...