En la lejanía de las estrellas aún podía divisar un reflejo brillante de aquello que nos llegó a juntar en un principio, lo sentía en su titilar, pues lo hacía con la misma frecuencia del latir de mi corazón al pensar en tu recuerdo, extraviado pero tan cerca, a veces agonizante y otras resurgente como el fénix, no encontraba ya a estas alturas palabras exactas que difinieran mi sentir de manera correcta. Solo un alma desdichada que llevaba años encadenada a una sombra ilusoria. ¿Algún día acabaría? ¿Alguna vez sería capaz de decir basta? Los límites se borraban al tratarse de vos, un hormigueo vivo, una furia de emociones subyacentes, garabatos en cada página haciendo honor a tu memoria, quizá ya había perdido la cordura, siendo así ¿Debería recibirla con los brazos abiertos? Aceptarla como parte inherente de mi, de lo que fui y soy ahora, sin saber si seguiré siendo.
Es entonces cuando me pregunto, ¿Alguna vez había llegado a sentir algo minimamente similar? Alguna vez, luego de haber sido, ¿Te habías quedado bajo la oscuridad de la noche pensando en nuestros labios unidos, tal como yo lo llegué a hacer contigo? Qué tan probable era que en el fondo de tu propio mar vos siguieras sintiendo una llama que ni el agua misma era capaz de apagar, una llama tenue pero inalterable, que seguía existiendo en son de mantener un frágil vínculo. ¿Era la llama real o tan sólo un mito? ¿A dónde nos habíamos ido? Dolía no encontrarla, no encontrarte, sin embargo dolía más no poder soltar el amor por ti que me consumía despacio y en silencio, con extraordinario sigilo.

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Seamos un Mar
PoésieComo la marea impredecible, a veces en calma y a veces tormentosa, como el océano incalculable, escondiendo en si monstruos y criaturas de indefinida belleza. Somos un mar que nunca supimos descifrar, pero infinito, perdurable, hermoso en su caos y...