23. paso uno

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(narra miya)

Era algo demasiado evidente, estaba demasiado nervioso al punto de huir cada que takashi se me acercaba

Hasta que toco la clase de gimnasia ya que a esa hora todos íbamos a cambiarnos en los vestidores y allí no tendría escapatoria

Por suerte ya había tenido esto en cuenta, así que ya tenía un plan para este caso pero este no funcionó debido a mis nervios y a lo malo que era para mentir.

Cuando todos los chicos salieron de los vestidores, Takashi me tomó del hombro empujándome hacia atrás y arrinconandome contra un casillero.

- por qué me ignoras? - habló Takashi con una mirada algo molesto por la situación.

Yo no le respondí ya solo podía concentrarme en el plan, mi plan había  funcionado.

- así que si se preocupa - pensé concentrado y sintiéndome como un pervertido al hacer que terminaramos en tal posición solo por qué yo lo deseaba

Secretamente estaba feliz de que se preocupara por mi pero el sentimiento que más predominaba era las ganas que tenía de besarlo y confesarle todo ahí mismo.

Aún así mantuve la calma, suspiré y me separé de Takashi para luego ir con el resto de la clase.


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Las clases habían terminado hace horas, ya era de noche, el tiempo se había pasado demasiado rápido como para que los lectores se dieran cuenta.

Mientras yo trataba de dormir, pero no podía parar de pensar en lo que sucedió en los vestidores, mi mente no paraba de imaginar escenarios en los que eso podría haber llegado a "otra cosa" mientras daba vueltas en la cama intentando sacar "esos" pensamientos de mi cabeza.

- esto es lo que llaman sueños húmedos? -

Si bien ya sabía que era algo normal en personas de mi edad, jamás había pasado por uno.

Las horas pasaban, ya era cerca de la media noche y yo todavía estaba despierto pensando en lo que sucedió, me sentía como un sucio pervertido por pensar tales cosas pero en el fondo sabía que era algo normal debido a mi edad.

Me sentía tan raro, quería hacer cosas que nunca había imaginado aunque no lo hice; solo cerré mis ojos en busca de dormir.

Hasta que por fin mis ojos ya cansados pudieron relajarse así como todo mi cuerpo para caer en un sueño profundo del cual jamás querría despertar, después de todo mi cama era muy cómoda.






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