34. pq está historia nunca termina?

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(Narro yo)

Los dos adolescentes quienes recién estaban experimentando con las primeras veces de la vida: primer beso, primer amor, primera vez y más; en la vida siempre hay muevas experiencias por vivir pero al llegar a la adolescencia empiezas a tener "esas" primeras veces que tienen todos durante la problemática etapa, en el caso de estos dos jóvenes era algo que los hacía feliz, a ambos les hacía ilusión la idea de estar dedicando todo su amor al contrario

El joven adolescente de cabellos castaños admiraba la dulce apariencia del joven a quien le había dedicado su primer amor, que en este momento, estaba acurrucado a su lado concentrado totalmente en la película que tenían en frente o al menos eso parecía

Después de todo, el joven de cabello negro solo fingía estar concentrado en la película mientras que por su mente pasaba únicamente la felicidad de saber que la persona que el amaba en este momento se dedicaba a recordarle que lo ama con honestidad, el joven solo podía centrar sus pensamientos en el chico que tenía a su lado ya que, ese, era el mismo chico que lo amaba, el mismo con el que tuvo sus primeras veces

Aunque ninguno se atrevería a salir de sus pensamientos para romper el silencio, no era necesario, aquel silencio era tan cómodo al punto en que se hacía evidente lo que ambos sentían sin necesidad de decir una sola palabra

Para muchos esto suena como el estereo típico cliché de romance cuando en realidad es solo la felicidad que recorría los cuerpos de ambos jóvenes al pensar en el otro...

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La película que ambos jóvenes veían estaba, aún, reproduciéndose pero los dos adolescentes ya ni siquiera estaban fingiendo prestar atención, ambos habían comenzado a mezclar miradas entre ellos llenas de emociones que les traía el amor

Así, tomados de la mano, mirando los ojos del otro como si fuesen mucho más interesantes que cualquier otra cosa en el mundo, fue cuestión de segundos para que ambos jóvenes unieran por.un corto tiempo sus labios

El beso entre ambos fue lento, dulce e inocente incluyendo las incontables emociones que ambos jóvenes sentían en aquel momento, cada choque que había entre los labios de ambos chicos durante el beso se distribuía como una bomba, una gran explosión que recorría todo su cuerpo dejando a ambos enamorados hipnotizados por la dulzura que se encontraba en los labios del otro.

Cuando los dos adolescentes se separaron del mágico beso solo podían pensar en el otro, después de todo, las sensaciones todavía no pasaban, ambos seguían sintiendo la magia que había durante el beso cuál chispa en sus labios
 
Ambos estaban tranquilos, silenciosamente gritando por la emociones que sentían, la sensación electrizante en los labios de ambos aún no se iba, causando que los dos quieran más del tacto de los labios de otro, así, de la nada una alarma sonó; era la madre de Takashi, que lo estaba llamando en este mismo momento.

Los dos adolescentes salieron del hipnotizante trance, el castaño tomó el teléfono en sus manos para poder contestar mientras que el de cabello negro acomodaba su cabeza sobre el regazo del castaño. El chico de orbes verdes jugaba videojuegos en la consola del castaño en lo que este terminaba su conversación, los dos jóvenes eran felices con lo que tenían; quizá ellos hicieron cosas que no correspondían a su edad pero sería decisión de ellos si se arrepentirán de sus acciones

Ambos felices bajo la comodidad del otro, esa era la mejor sensación, el castaño terminó la llamada con su madre

- miya, hoy iremos a S? Llevamos tiempo sin ir -  el castaño habló sin dudarlo siquiera un poco mientras acariciaba el cabello oscuro del contrario, en respuesta el joven que recibía las caricias se removió en su lugar soltando un pequeño murmullo causado por las manos del castaño sobre su suave cabello.

- no se, tu quieres ir? - preguntó el joven relajado cediendo más al contacto del castaño moviendo su cabeza al ritmo en que iban las caricias, el pelinegro se levantó del regazo de su, ahora, pareja para poder acercar su cara a la mejilla de este; una vez estuvo lo suficientemente cerca plantó un pequeño beso en la mejilla del castaño, tomando su mano para ponerla otra vez en su cabello.

El castaño sonrió de la ternura que le provocaba aquella escena mientras acariciaba suavemente al contrario, entonces, bajo su mano del cabello negro de miya trazando un camino hacia su mejilla, el otro correspondió a dicha acción apoyando su cabeza en la mano del castaño dejándose hipnotizar por las caricias.

La mano de Takashi era suave pero algo callosa dejándole a miya una sensación dulce, ya que, a pesar de que la mano de Takashi era algo rugosa el joven se sentía amado bajo aquellas caricias

- entonces si vamos a S? - preguntó el castaño de la nada, alejándose del pelinegro quien lo miró con leve molestia. El castaño rió por lo bajo

- esa misma cara pusiste cuando te quite el dedo de la boca - habló con tono burlón conteniendo su risa de manera evidente, por otro lado el joven pelinegro se sonrojó inmediatamente al escuchar esas palabras

- CALLATE SLIME! - gritó el pelinegro muy avergonzado sintiendo sus mejillas arder causando que el de cabello cuál cobre se riera de la timidez del contrario, el de ojos color cobre colocó su dedo pulgar en la boca del de orbes verdes.

El silencio reino el lugar, el joven de orbes verdes se mantuvo en silencio únicamente chupando el dedo que anteriormente fue introducido en su boca, el castaño se sonrojó inmediatamente estando confundido por la acción del chico al que ahora llamaba novio.

- que haces? - preguntó el castaño sin obtener respuesta alguna por parte del pelinegro quien solo se resignaba a chupar el dedo del otro, el castaño no se alejaba ni se movía ya que le encantaba tener esa hermosa vista del joven pelinegro, la noche anterior los jóvenes no hicieron nada más aparte de cortos y apasionados besos entre ellos, por lo que el pelinegro no había tenido su primera vez pero él mismo no era consiente de ello.

Pasaron unos minutos y el pelinegro finalmente soltó el dedo del castaño que ahora estaba sucio por la saliva del otro, Takashi miró su dedo sucio por la saliva con cierta sospecha para luego mirar al pelinegro, quien dirigía su mirada hacia un costado avergonzado

- por qué? - pregunto el castaño mirando a su pareja confundido por las acciones pasadas mientras limpiaba la saliva que decoraba el mentón del otro

- no se, solo quise y ya - le respondió el pelinegro con calma intentando ocultar el evidente rubor que reposaba sobre sus mejillas

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Después de esa conversación nos acurrucamos juntos un rato más para poder reponer lo que no dormimos anoche

 

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