#49 - Insomnio y Esperanza

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1.

Ya entiendo a Platón. Llevo muchas noches, dentro de esta caverna, que las sombras no reflejan mis ganas de vivir. -dije con unas ojeras de muerto y sin expresividad.

-Muy pronto descansarás para siempre, cariño. -me susurró mi insomnio montada encima de mí.

-Déjame en paz. Quiero dormir. Seguir mis sueños y tú me lo impides. -mencioné, ya harto de ella.

-Solo cuando cierres tus ojos y no los abras mas. -se acercó a mi cara, intentando besarme.

De pronto sonó el despertador. Otra noche sin dormir. A este paso, mis días estaban contados.


2.

-Ya amaneció. -me susurró al oído. Adelante, ve hacer algo, sin desmayarte del sueño. -soltó una risita despreciable, mientras se levantaba de mi.

La fulminé con la mirada. Seguido me levanté de mi cama, intenté caminar hasta la puerta de la habitación sin caerme, pero fue inútil, tropecé.

-¿Qué te pasa?, ¡Idiota! -escuché gritar, la voz de una mujer desde el suelo.

Me arrastré hasta ella. No tenía las fuerzas suficientes para volver a levantarme.

-¿Quién eres? -pregunté mientras intentaba que dirigiera su mirada a mi.

-Soy tu Esperanza, me tienes sola y abandonada. Desde que te enrollas con la zorra esa. -miró al Insomnio, quien se estaba arreglando para salir. Te has olvidado de mi. -dijo con una voz sin ánimos.

-Disculpa. Linda, yo.. -intenté hablar, pero enseguida me interrumpió.

-¡No vengas con excusas!, ¿Tú?, ¡Nada! ¿Qué hay de mí?, ¿De nosotros?, ¿Ya lo olvidaste? -dijo exaltada mientras me dirigía la mirada, una mirada tan sublime y grotesca, con unos ojos donde me podía ver a través de ellos. Y lo que veía no me gustaba. 
Nuestros sueños. Las noches que pasamos en desvelo planeando nuestra vida, lo mandaste al diablo, por unas noches de pasión sin dormir. -reclamó.


3.

Lo siento, de verdad. -dije lo único que podía mientras la abrazaba y hacia reposar su cabeza en mi pecho.

-Yo mas. -se quitó de encima y me empujó, seguido se arrastró a una esquina de la habitación.

Intenté pararme. Y tras lograrlo, se acercó mi Insomnio.

-Ya vuelvo, cariño. -mencionó, para después darme un beso y empujarme de nuevo al suelo. No hables con ese saco de bulto de esperanzas muertas. -volteó a ver a mi Esperanza, quien no paraba de llorar en silencio. Adiós. -dijo por último, mientras cerraba la puerta desde fuera.


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Escribí este relato hace años, y la razón por la que apenas ve la luz es que hoy me lo encontré en mis borradores, y me encanta. Define cómo me sentía en esos momentos de mi vida, personificando mis traumas.

Dalko Blank.

"Frases Shidoris... Para Gente Shidori"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora