serotonina | tododeku.

can you stay with me, please?

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tu cuerpo entre mis brazos. tibio y pesado. jamás pensé que esto terminaría así.

mis lágrimas no fueron suficientes para describir cómo me sentí aquella noche; yo fui quien descubrió tu cuerpo. estaba perplejo por la imagen ante mí.

simplemente quería darte las buenas noches. lo último que esperaba, era esto.

sangre recorriendo las brillantes baldosas del suelo de tu habitación. tus antebrazos cortados en una línea horizontal, perfectamente calculada.

querías morir, pero no pude permitirlo.

cuando me descongelé, fui de inmediato hacia ti para revisar tu ritmo cardíaco. débil aunque presente aún.

comencé a gritar y soltar lágrimas, desesperado porque alguien nos ayudara.

Tenya y Ochako atendieron a mi llamado velozmente; él llamó a la ambulancia mientras que ella trataba de hacer torniquetes para tus heridas. seguías perdiendo mucha sangre.

mi desasosiego por ti incrementaba conforme pasaban los minutos; la impotencia se apoderaba de mi a la par. la maldita ambulancia pareció tardarse días enteros.

y, no me percaté cuando o como, pero una vez miré alrededor tuyo, vi a todos nuestros compañeros llorando por ti. pasó todo demasiado rápido.

algunos de ellos continuaban con el pijama puesto así cómo los ojos somnolientos; de hecho, ahora que lo pienso, siento mucho haberlos despertado.

yo continuaba llamándote.

—»¡no me abandones, por favor! ¡quédate conmigo, Shou!

no tenía ni idea si siquiera eras capaz de escucharme, más mi esperanza no me permitía rendirme contigo.

en ese momento, me parecía lógico.

—»¿alguien le ha dicho sobre esto a Aizawa-sensei?

—»Kaminari y Eijiro fueron a avisarle.

—»¿deberíamos llamar a sus padres? tienen que dar autorización por él en el hospital.

—»no nos corresponde, eso debe hacerlo Aizawa-sensei.

—»¿por qué lo habrá hecho?

—»yo lo notaba raro hace días, quién sabe.

demasiadas voces. demasiadas conversaciones. no les prestaba atención, pues mi única y principal misión era atenderte.

recuerdo vagamente a Uraraka acariciando mi espalda, dándome palabras de ánimo. yo protegía la poca vida presente en ti con recelo.

el mundo pareció detenerse por completo cuando distinguí la sirena de la ambulancia.

de un momento a otro, ya estaba en el patio principal de los dormitorios contigo; te cargaba sin problemas a pesar de ser lo doble de mi peso y estatura.

los paramédicos me apartaron de ti; quise seguirte, sin embargo, me fue negada mi petición por no ser parte de tu familia biológica. sentí como un par de manos me sostenían de la camiseta.

—»nosotros nos encargaremos. mantengan la calma y vuelvan adentro.

mi corazón latió con tanta fuerza cuando cerraron las puertas, y te veía alejarte. necesitaba ir corriendo tras ti. ayudarte. salvarte cómo fuera.

mis ojos no tenían la capacidad de derramar más lágrimas. mi pecho dolía. no quería que pasaras por esto tú solito.

—»tienes que tranquilizarte Midoriya, estará bien.