Esa mañana, en ese parque...

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Me despierto en la mañana
Para verte pasar y tenerte en mi mente por el resto del día 
¡Que vida la mía! 
Aún no se tu nombre y ya eres dueño de mí
y me paso todo el día imaginando tu risa
¡Que vida la mía! (Reik)


Aquel día comenzaba como cualquier otro desde que se había mudado hasta esta ciudad. El despertador sonó hace algo más que 30 minutos, sin embargo, eso jamás fue un motivo suficiente para sacarlo de su somnolencia, es más, recién estaba pensando si levantarse sería una buena idea. Sabía a la perfección que, si se bañaba, vestía y desayunaba en 10 minutos, aún lograría estar listo antes de que su hermano mayor se fuera a su trabajo. Eskol podría darle un aventón hasta el colegio para llegar justo en la hora a clases, o tal vez unos minutos tarde, pero nada que no le permitiera entrar a las lecciones. En plan que tenía fríamente calculado en su cabeza, el que le dejaba disfrutar de aquella oportunidad que sólo tenía cuando su padre estaba en las campañas de la escuela de policías en dónde era instructor. Si él estuviera en casa lo hubiera hecho desayunar antes para asegurarse de que no se sintiera mal durante el día, además de haberlo llevado hace unos minutos hasta su lugar de estudios para cumplir con sus obligaciones, él siempre se preocupaba bastante de todos sus hijos.

Se levantó con pereza, arrastrando sus pies para entrar a la ducha, al mismo tiempo que sintonizaba en aquella pequeña radiocasetera que le habían regalado la navidad anterior "I want to break free" de esa banda inglesa que él tanto amaba, la misma que le daba ánimos para comenzar el tedioso día que se le venía por delante, disfrutando de cantarla lo más fuerte que la bañera le permitía mientras el agua de la regadera le caía sobre su blanco cabello, enjuagando de esa forma el Shampoo de coco-vainilla que le había robado a su hermana, porque este le dejaba su pelo más sedoso, considerando en tal vez comprar uno parecido para no gastar el de ella, aunque tampoco tenía mucho dinero como para tener el propio, por lo que, al menos por ahora, ese seguiría siendo su robo secreto.

Se demoró alrededor de 3 canciones en terminar de bañarse (Un tiempo récord, ya que siempre se demoraba alrededor de 5 en acabar), colocó su toalla azul (esa que le pertenecía según el código de color que habían establecidos con sus hermanos para evitar mezclar las cosas de uso personal) rodeando su cintura para caminar hasta su cuarto con la finalidad de vestirse, allí fue cuando pudo percatarse que la casa estaba muy silenciosa, algo extremadamente raro dentro de la numerosa familia Aeneas, sobre todo porque sus hermanos eran realmente bulliciosos, por lo que se asomó a la ventana con prontitud, deseando que esa no haya sido más que una mera casualidad, pero, a su mala suerte, allí no se encontraba el auto de su hermano mayor, lo que significaba dos cosas: 1) estaba completamente sólo en casa y 2) su plan acababa de fallar, por lo que debía apurarse en hacer todo rápido para poder llegar a clases lo más pronto posible.

Comenzó a vestirse con su uniforme escolar rápidamente mientras maldecía a viva voz que ahora sólo quedaban 7 minutos para entrar a clases, lo cual era bastante caótico, ya que él, haciendo todo lo más rápido posible, tardaba 10 minutos en estar listo, sin contar los 20 que tardaba en llegar hasta allá, por lo que decidió no secarse el cabello o peinárselo si quiera, mucho menos desayunar, completando, junto con este, ya 5 días en los que se saltaba esa comida por quedarse dormido. Se colocó su chaqueta de jeans azul que él tanto amaba sobre la camisa blanca que le obligaba a llevar el colegio, los lentes de sol que debía ocupar en el exterior para proteger sus ojos, en su personal estéreo puso su casete con el mix de canciones de rock que tanto le gustaban, el que Bælfire, su hermano menor, le había regalado hace un tiempo, sintonizando "Immigrant song" de Led Zeppelin para darle emoción a su carrera contra el tiempo, montando su bicicleta y pedaleó tan rápido como podía, tanto que incluso apenas notó lo florecido que se veía el jardín de su madre, incluso más que otros días.

Flor de un díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora