CAPITULO 2

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ALMA

No pude. No pude convencer a papá y mamá a qué no me dejarán ir a la escuela. Pero había que verle el lado positivo, tal vez aga nuevos amigos, conoceré a gente nueva y tal vez conozca el amor ¿No?

Ya llegó el día en que iba a empezar las clases. Me levanté muy temprano, baje a desayunar, me vesti con una blusa y unos pantalones. Papá me llevo con su coche a la escuela.

Suspiro antes de hablar.

—Alma, sé que esto es complicado para ti, pero no imposible, te irás acostumbrando poco a poco a este ambiente y también harás nuevos amigos y amigas, y no se tal vez te hagas novia de un chico.

Yo sonreí por lo que dijo, asentí con la cabeza y después suspire para después salir del coche, despedirme y adentrarme a la escuela.

La escuela era como siempre me lo imaginé. Una construcción algo vieja, chicos hablando, chicas dándose un abrazo después de tiempo, chicas chismoseando todo lo que hicieron en las vacaciones, a dónde viajaron o a qué se dedicaron en todo ese tiempo.

Me dirigí hacía mi salón, estaba vacío, me senté en uno de los pupitres y me dedique a esperar. Estaba nerviosa, no me imaginaba todo lo que me iba a pasar en todo el transcurso del día. Me hacía muchas preguntas ¿Cómo serán todos?, ¿Alguien hablara conmigo?, ¿Los maestros serán malos o buenos?

Todos mis pensamientos se desvanecieron cuando ví a un grupo de tres chicas: una era rubia, la otra pelinegra y por último la otra era pelirroja.

Yo desvíe mi mirada hacia mis manos, estaba nerviosa.

Ellas se dirigieron a mi.

—Con que tú eres la nueva. —Dijo la chica rubia.

Yo la ignore, sin embargo ella me obligó a verla

—A mi no me ignoran y mucho menos una rarita como tú.

Tenía miedo pero no quería demostrarlo con ellas.

—Y quién se supone que eres tú, para agredirme. —Dije tratando de ser fuerte.

Ella se molestó y me agarró del brazo.

—A mi no me hablas asi, estúpida.

Me deshice de su agarre.

—Yo solo digo lo que pienso.

Ella se molestó más y después me empujó, y después me caí al suelo.

Ellas se rieron de mi desgracia y despues se fueron del salón. Yo me levanté y después me puse a llorar. Me volví a sentar en mi pupitre y espere cinco minutos y después entraron todos los de mi salón incluyendo a las tres chicas.

La clase fue todo normal, el maestro Williams era muy bueno y además ensañaba muy bien, el era el maestro de Literatura y después paso a la otra materia que era Matemáticas con la maestra Morgan. En fin...

Todas las clases fueron lo normal. Hasta que llegó el receso...

Me fui a sentar a una de las bancas de la escuela y después desenvolví un Sándwich, el mismo que mamá siempre me preparaba cada vez que yo estaba asustada o nerviosa, siempre funcionaba.

Recuerdo la segunda pintura que hice, era el de mi mamá.

—¡Alma, Alma! —Gritaba mi mamá.

Yo me encontraba en mi cuarto, apoyada contra mis piernas, estaba asustada por qué ví una rata en mi cuarto. Mi mamá entro a mi cuarto viéndome asustada y llorando.

—Alma ¿Que pasó? —Pregunto mi mamá.

Yo señale a la rata y ella se alarmó. Inmediatamente agarro un frasco para meterlo ahí. Después me abrazo.

—Ven, acompáñame. —Dijo mamá  agarrándome de la mano.

Me llevo al comedor y después me preparo un Sandwich y me lo dió para que me calmara.

—Todo estará bien Alma solo recuerda que jamás estarás sola, siempre nos tendrás a papá y a mi.

Yo asentí y después me fui a mi habitación. Agarre un lienzo y después empeze a dibujar el rostro de mamá y después pintarlo.

Cuando lo termine, inmediatamente llame a mamá y después entro a mi habitación.

—¿Que pasó, otra rata? —Pregunto.

Después yo le mostré el cuadro que realice y después se puso a llorar y me abrazó.

Y después me dijo: —Te amo.

Soy Alma (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora