deberías estar muerto.-TERMINADA

Capítulo 8: Visita a domicilio

"Tal vez pueda volar por la ventana", sugirió Danny rápidamente. Sin pensarlo, intentó cruzar corriendo la habitación, pero Sam lo agarró de la mano y lo hizo girar.

"¿Para que puedan detectar actividad fantasma? ¡Cuatro cazadores de fantasmas en la planta baja saben que estás aquí arriba! ¿Sabes lo sospechoso que sería eso?" advirtió en voz baja.

—¡Danny, ahora! Maddie volvió a llamar.

Tucker plantó brevemente una mano en el hombro de Danny para apoyarse. "Será mejor que termines de una vez, amigo. Solo querrán hablar sobre lo que pasó en la escuela".

"Eso es lo que me asusta", dijo Danny con una sensación de encogimiento. "No sé qué decirles".

"Solo sé honesto", aseguró Sam, empujándolo suavemente hacia el pasillo. "No usaste tus poderes, así que no hay nada que puedan tener en tu contra. Además", sonrió, "estaremos ahí contigo".

Danny respiró hondo y lo dejó escapar rápidamente. "Gracias, muchachos. Después de todo lo que pasó, creo que el estrés me está afectando", razonó.

Con nueva motivación, Danny caminó deliberadamente hacia el pasillo y luego bajó la escalera principal. Sam y Tucker lo siguieron de cerca. Sin embargo, cuando Danny llegó a la sala de estar, no se atrevió a entrar. En cambio, se detuvo fuera del marco de la puerta y fuera de la vista para escuchar durante un minuto más.

"Su hijo estuvo involucrado en el incidente del fantasma en Casper High hoy. Solo estamos aquí para dar seguimiento a algunos detalles", explicó un agente.

"¿Qué?" Maddie jadeó. "¿Nuestro Danny? Nunca antes había querido tener nada que ver con fantasmas. ¿Estaba herido?" preguntó, preocupada.

"¡Sí, nos lo habría dicho si estuviera luchando contra fantasmas!" Jack confirmó, como si estos simples hechos sobre su hijo desmintieran la razón por la que los agentes estaban allí.

Danny no pudo evitar sentirse decepcionado. Sus padres realmente no sabían nada de él. También se sentía terriblemente culpable de que su padre supusiera que no les ocultaría un secreto sobre los fantasmas. Si descubrieran que había estado escondiendo a Phantom debajo de sus narices durante más de tres años, estarían absolutamente devastados. O enojado.

Sam colocó su mano entre sus omóplatos en un gesto gentil para que avanzara. Aunque su determinación duró poco, tragó saliva y entró en la habitación. Al ver a los cuatro adultos sentados pacientemente girarse para mirar, tímidamente cruzó los brazos en un intento de cubrir los vendajes.

No funcionó.

"Así que te tocó", observó el fornido agente caucásico desde el sofá. Se sentó de manera pretenciosa y digna junto a su compañero afroamericano que reflejaba su postura y su vestimenta. Fieles al nombre de su organización, ambos vestían trajes familiares demasiado blancos.

"¡Danny!" Maddie exclamó, saltando de su silla para ponerse de pie, "Estás herida".

Danny se irritó y, sin querer, lanzó una suave mirada a los agentes. "Estoy bien", dijo a la defensiva. ¿Cómo se atreven a referirse al fantasma que destruyeron como un 'eso' y luego invitar a sus padres a preocuparse por él?

Los agentes de los Chicos de Blanco también se pusieron de pie. "Nos gustaría echar un vistazo a tus heridas. ¿Te importaría desenvolverlas?" preguntó el caucásico sin simpatía.