Era verano por lo que el ambiente estaba bastante caluroso a pesar de que la noche había alcanzado su punto máximo. Y como todos los años los Kim realizaron una gran fiesta en su casa de la playa. Podía escucharse la música resonar incluso en la lejanía, el aroma a tabaco y otros olores, que creaban una idea de lo que allí dentro sucedía, botellas de alcohol y vasos descartables por todas partes, gente bailando sin preocuparse por el ritmo de la música y hasta invitados desapareciendo en las tantas habitaciones que la mansión poseía. Era una fiesta de la que muchos poco recordarían.
En los sillones de la sala de estar yacía un grupo de amigos que se divertían jugando a las cartas. Había quienes poco podían mantenerse en pie y que a pesar de ello se atrevían a hacer sabiendo que en cada partida perdida deberían beberse una botella de cerveza, luego un vaso de vodka, y así sucesivamente. Tales eran las reacciones que tenían al hacerlo que no podían aguantar las risas.
Jimin, uno de los mayores, no podía ocultar la felicidad que sentía al observar a su novio riendo y carcajeando, ya que usualmente no era común verle tan contento y entusiasmado con su grupo de amigos; aunque el alcohol fuera una de las causas se daba el lujo de disfrutar de tan hermosa mueca en sus labios.
Ya casi a mitad de la noche uno de los chicos del grupo, Yoongi, se había quedado dormido en el suelo aunque a su lado la gente continuaba bailando y disfrutando. Seokjin, uno de los anfitriones de la fiesta se había esfumado y Taehyung, el mejor amigo de Jimin, había aprovechado que cada quien se había ensimismado en sus asuntos para acomodarse a horcajadas en el regazo de Hoseok, su pareja, a quien pareció devorarle la boca mientras le sacaba su chaqueta.
Al sentirse incómodo de presenciar el posible apareamiento de su amigo, Jimin se acercó a su pareja llamándole la atención en el momento en que se sentó a su lado y acomodó la cabeza en su hombro a la vez que le sujetó de la mano. Casi al instante notó el cansancio de éste por su respiración pasiva, lo que indicó que estaba al borde de un sueño profundo.
—Jimin... vamos arriba —dijo arrastrando sus palabras.
— ¿De qué hablas? — Rio cuando le vio poner una expresión que distaba de ser sexy.
—Tengo ganas de tenerte gimiendo debajo de mí —su boca se posó apresuradamente en el cuello ajeno y comenzó a repartir torpes besos.
—Jungkook basta... estás borracho.
— ¿Ya te dije lo mucho que te amo? —preguntó con su mirada adormecida.
—Es que no haces otra cosa que decirlo.
—Te amo mucho… mucho, mucho —repitió.
Ambos se miraron.
La música pareció apagarse por un leve momento, sintieron que el tumulto de gente que les rodeaba se había esfumado a algún sitio ya que no eran conscientes de donde se encontraban.
Sin dejar lugar a más pensamientos absurdos, unieron sus labios en un cálido beso. Deleitándose con la comodidad que se ofrecieron y dejándose llevar por la exquisita sensación de posesión que tenían el uno por el otro. El ritmo comenzó lento para avivarse en cuanto Jungkook respiró agitado volviendo el intercambio profundo y desesperado; sus lenguas se pasearon dentro de sus bocas saboreando todo a su paso dando grandes círculos una sobre la otra, hasta que tiernamente le sujetó del cuello mientras las manos contrarias se posaron en su pecho. Sin notarlo ambos se encontraban acostados en el sofá, lo que hizo acrecentar la intensidad en sus acciones. Tan suave, tan dulce, tan rudo. El cuerpo de Jimin reaccionó por sí solo a tanta demanda al empujarse hacia arriba, mientras se retorcía en el estrecho lugar.
Jungkook rápidamente entendió la "indirecta" y deslizó sus manos debajo de la camisa hasta levantarla al cuello. Sin desperdiciar más tiempo, dirigió sus labios hacia ese pecho expuesto trasladando el calor que previamente estaba en su boca a esa zona. Su atención se centró en uno de los pezones que tan duros estaban, siéndole imposible ignorarlos. De inmediato acarició con su lengua hasta hacer aparecer sus dientes que tan gentiles apretaron. Un gemido agudo llegó a sus oídos de manera que rápidamente levantó su rostro para cerciorarse de tal reacción, encontrándose con el rostro enrojecido de su pareja que le sacudió el corazón como un temblor, y sin dejar de mirarlo continuó en su labor regalando pequeñas lamidas antes de comenzar a succionar ruidosamente.
Ante tales movimientos recibidos, Jimin gimió alto cuando tiró su cabeza hacia atrás y sintió ese rico hormigueo que sólo Jungkook podía provocar. Pero cuando intentó sujetarle de la cabeza para guiarle el camino se encontró con la nada misma. Rápidamente se irguió de su lugar para encontrarse al anfitrión sujetando a su pareja de la capucha de la sudadera cual gato en aprietos.
—Hey, si van a hacer esto vayan arriba que hay habitaciones, no sean exhibicionistas.
—Lo siento —tartamudeó. Avergonzado y consciente de lo que estaba a punto de hacer, se acomodó su camisa y se levantó del sillón.
—Qué vergüenza Chim, ¿qué no puedes aguantarte? ¿O quieres darnos un espectáculo? —Taehyung habló con burla a pesar de que hasta hacía unos minutos estuvo en una situación parecida.
—Lindo, no los molestes —, dijo Hoseok quien paseó su nariz de forma tierna en su rostro para luego llegar a su cuello y besarlo.
—Es divertido hacerlo —. Una vez más, la pareja se sumergió en su mundo al besarse apasionadamente.
Negando con la cabeza, Jimin se giró para ver a su pareja, quien luego de ser casi arrojado por Seokjin al sofá, cayó por fin en el mundo de los sueños.
Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. A veces le costaba trabajo creer que aquel chico era menor que él claramente en apariencia, ya que Jungkook era mucho más alto y su masa muscular no ayudaba a disimular la diferencia entre ambos, pero en cuanto a la personalidad era muy notoria la falta de madurez.
—En verdad..., ¿qué hago ahora? —se lamentó consigo mismo al sentirse aún acalorado—. Tengo que calmarme un poco —suspiró y caminó entre la gente hasta el baño más cercano para ocuparse de su asunto, tenía que encontrar un poco de agua fría para bajar ese intenso calor.
Cuando llegó a la puerta se dio cuenta que estaba cerrada, tocó varias veces pero nadie respondió. Recordó que en la otra sala también había un baño, así que resignado se marchó tratando de pasar entre la multitud de gente alocada, hasta que fue detenido cuando casi cayó al suelo al chocar con alguien, sin embargo fue rápidamente sostenido por unas grandes manos.
— ¿Pero qué? — Se asombró al cruzar miradas con su salvador. Era Yunho, su antiguo novio de la secundaria.
—Tienes que tener más cuidado gatito —expresó a su oído en un tono divertido, llamándole de la misma manera en que solía hacer cuando eran pareja, provocando tal grado de molestia que pudo evitar mirarle con desagrado.
—Gracias —dijo intentando huir, pues no quería compartir el mismo ambiente que él.
—Espera..., ¿por qué te escapas? Hablemos un poco —Insistió sujetándolo del brazo—. ¿Estás solo?
—No, estoy con mis amigos.
— ¿Y tu novio? —Jimin suspiró y dirigió la mirada hacia el sillón en la sala principal, a lo que Yunho copió su acción notando el estado casi inconsciente del chico en cuestión— No me digas que no es capaz de soportar la noche, eso ocurre cuando sales con niños.
—Eso no es tu incumbencia.
—Vamos gatito cálmate, sólo estoy jugando contigo —Su sonrisa astuta se hizo presente y lentamente se acercó más a él—, aunque si algún día te aburres de ser niñero, sabes que puedes llamarme.
La rabia se hizo presente en el rostro de Jimin, quien aún tieso en su lugar no tuvo reacción cuando su expareja se despidió con un beso en la mejilla. Desde que habían terminado, no había vuelto a ver al chico. Sabía que éste estaría furioso una vez que supiera el motivo del cambio en sus sentimientos, pero no esperaba tales actitudes inmaduras de su parte, y mucho menos si éstas consistían en rebajar a Jungkook por su edad.
Viendo el pasado y como ocurrieron las cosas, no pudo evitar preocuparse. Jungkook era menor que él, ese había sido el mayor conflicto que tuvieron que afrontar. Si bien se había abstenido a iniciar algo en cuanto supo de la diferencia de tres años, la insistencia del menor tampoco le había ayudado. Cada día se veía atrapado en una encrucijada: donde debía seguir su moral o aventarse al camino que su corazón le marcaba seguir. Al final fue arrastrado por los encantos de su actual pareja, y aunque se había prometido una y mil veces que no sobrepasarían los límites en la intimidad, sólo pudo regañarse en cuanto se dejó llevar por la boca del chico. Y a pesar de que cuando se encontraban solos parecía algo sin importancia, todo cambiaba cuando se enfrentaban a la sociedad. Muchos solían juzgarlo en cuanto se enteraban de la edad de su pareja incentivando la creciente culpa e inseguridad que sintió desde el primer momento en que dijo "sí"; era un verdadero problema que trataba de ocultar
Su humor se había hecho trizas. Al menos ya no necesitaba ocupar el baño para deshacerse de su incómodo problema. Lo único bueno de remover el pasado fue que junto a esas malas sensaciones también revivió el deseo de estar con su amado, sentir cada uno de los abrazos era lo que más le gustaba, al igual que los pequeños besos furtivos que solía dejarle en las mejillas.
El resto de la noche fue más tranquila conforme pasaron las horas. Taehyung y Hoseok se quedaron dormidos en el sillón luego de mimarse un poco entre ellos, Jimin por su parte se dedicó a brindarle confort a su pareja recostándole la cabeza en sus piernas mientras lo vio dormir profundamente. De todo el grupo él era el que menos había bebido, ya que estaba a cargo de llevarlos a casa, y sería un riesgo manejar en un estado de conciencia alterado.
—Jungkook —llamó en tono dulce a la vez que esparció suaves caricias en su rostro para despertarle—, es hora de volver a casa.
—mmn... ¿Qué hora es? —preguntó mientras intentó abrir sus ojos.
—Son las cinco y cuarto —Ambos se levantaron del sillón. Jungkook se estiró y Jimin rio de como éste rezongó por las contracciones que la mala posición le había dejado—. Hobi ¿nos vamos? —Dijo a su amigo que no estaba en mejores condiciones que el menor, recibiendo un asentimiento. Aquel chico de cabello fuego sujetó a Taehyung en sus brazos y lo llevó hasta el auto.
—Jimin, antes de irnos quiero un beso —Dijo cariñoso.
—No hay tiempo, quiero volver a casa —Ignoró lo que dijo y se dedicó a sujetarle del brazo para indicarle el camino siendo detenido.
—Bésame
—No ahora…
—Por favor bésame —su tono de voz cambió de uno dulce a un sonido áspero y ronco. A lo mejor fue porque recién había despertado, o porque había estado bebiendo, no importaba la razón, había sonado demasiado sexy para Jimin—, Jimin, por favor.
Ante ese ruego cariñoso el mayor concedió un pico en sus labios exigentes. Y como se esperaba aquello molestó al más alto.
—Mmn... Eso no es un beso —le regañó.
— ¿Cómo que no lo es? — Se burló en cambio—, nuestros labios se juntaron. Fue un beso.
—A esto le llamo un beso —de inmediato se apoderó del cuello ajeno para acercarle y así poder corromper su boca en un beso caliente y demandante. Los chasquidos inundaron la sala conforme sus cabezas buscaron la profundidad en el otro. El calor fue en aumento, el hormigueo comenzó a aparecer y las manos picaron por participar en el acto.
El mayor suspiró al ser separado abruptamente.
—Ahora sabes la diferencia —se deleitó al ver el hambre en los ojos cafés, no pudiendo evitar morderse el labio y callar una risa traviesa—. Lo siento mi lindo mochi pero tendrás que esperar a que lleguemos a casa.
Ese apodo, mochi, que comúnmente utilizaban en la cama, era una clara provocación. Estaba jugando con fuego y esperaba quemarse.
—Entonces pongámonos en marcha —Ambos sonrieron cómplices antes de volver a besarse.
El viaje estaba siendo tranquilo, la parte trasera del auto casi parecía desierta ya que ambos, Hoseok y Taehyung prácticamente se desmayaron nuevamente, estaban tan cansados que siquiera pudieron mantener los ojos abiertos. Por su parte, Jungkook hizo todo lo posible por mantenerse en pie, sus ojos se veían rojos y tenía una cara seria, algo que hizo reír al conductor.
—Si quieres dormir hazlo.
—No, quiero hacerte compañía —replicó al cruzarse de brazos luego de pasar su mano por la cara reiteradas veces—, sé que también estás cansado y no es justo que los demás se duerman mientras conduces.
—Jajaja en verdad no me molesta, además mañana tienes un examen, deberías dormir.
—Shhh... No voy a discutirlo.
—No puedes mandarme a callar mocoso —a pesar de que era cierto que no le molestaba ser el único despierto, disfrutar de la compañía de Jungkook era algo mucho mejor.
— ¿Qué te gustaría hacer cuando lleguemos? —preguntó con una sonrisa ladina y levantando las cejas en una clara insinuación a algo indecente.
—Mmn... Déjame pensar. ¿Dormir?
—Aishh...hablas como un anciano.
—Como bien dijiste, no pude dormir, es obvio que quiero descansar.
—Creí que podríamos hacer algo más… excitante —Jungkook posó su mano en la pierna ajena y comenzó a masajearla, sin previo aviso se aventó al cuello de Jimin para besarle—, mi mochi.
— ¡Ya! no seas calentón —dijo divertido empujándolo con una de sus manos—, además estoy manejando.
—Qué aburrido.
El sol comenzó a asomarse de manera que le pidió a Jungkook, quien estaba jugando con su celular, que bajara el parasol y así poder bloquear esa molesta luz incandescente, pero al hacerlo su celular se le resbaló de la mano y calló.
— ¡Mierda!
— ¿Se rompió?
—La pantalla…
En ese instante Jimin pudo ver por el retrovisor como un auto iba detrás de ellos prácticamente en zigzag pero en cuanto quiso alejarse para dejarle vía libre fue muy tarde.
El frente chocó directamente contra el lado del conductor, logrando que por el impacto diera incontables vueltas por el aire. Todo pareció moverse en cámara lenta, hasta que por fin se detuvo.Luego de eso todo se volvió oscuro.
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Ámame- ❤Kookmin❤ (REEDICIÓN)
FanfictionJimin y Jungkook llevaban 2 años en una relación. Un fin de semana en él cual salieron con sus amigos, el auto donde se encontraban chocó. Jungkook salió con heridas muy leves, al igual que sus amigos, pero Jimin, quien era el que conducía quedó en...