Ámame- ❤Kookmin❤ (REEDICIÓN)

Capitulo 1

— JIMIN —

     Fue repentino. Mis ojos se abrieron un momento para mirar a mi alrededor; no estaba seguro de que estaba pasando pero a donde quisiera que mirase lo único que me rodeaba era la oscuridad. Un fondo negro había adornado el panorama. No había nada, como si todo el mundo se hubiera evaporado, aunque no sentí miedo, era extraño.

     Me dispuse a caminar, no tenía nada para hacer. Tal vez al final del camino encontraría algo. Con eso en mente me mantuve ocupado. De un momento a otro algo llamó mi atención. Pareció un pequeño sonido, un extraño eco. Rápidamente me detuve para escuchar con claridad y así poder ubicar la dirección de dónde provenía, algo realmente difícil entre tanta penumbra.

     Eran dos voces, o eso distinguí. Cerré mis ojos para concentrarme y escuchar con atención: parecían las voces de una mujer y de un hombre, no podía entender bien lo que decían pero sonaban muy enojadas y lejanas. Algo no se sintió bien, percibí mi cuerpo cada vez más pesado y frío, no sabía que estaba pasando. De pronto un ruido blanco penetró mis oídos, por acto reflejo me cubrí las orejas, mi cabeza dolió. No pude soportarlo más.

     «Duele.»

     «No me gusta esto.»

     «No me gusta este lugar.»

     «Quiero irme.»

     «No quiero estar aquí.»

     «No quiero.»

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     Mis párpados se abrieron lentamente, una serie de sonidos agudos y continuos se escucharon cerca de mí y aunque quise no pude mover mi cuerpo, que pareció estar entumecido. El techo blanco fue lo primero que vi, al girar un poco mi cabeza pude dar cuenta de agujas clavadas en mis brazos, una conectaba a un suero, otra a la enorme máquina a mi lado, entre otros aparatos.

     « ¿Qué está pasando?»

     Mi cabeza dolió, y por lo que pude ver tenía una mascarilla puesta. Al recorrer el lugar vi a alguien durmiendo al borde de mi camilla, tenía puesto un gorro abrigado y un saco por lo que no pude distinguir quien era. Intenté levantarme pero no fue más que una idea, ya que siquiera pude sentir el resto de mi cuerpo. Inevitablemente me quejé, un dolor punzante en mi espalda me tomó desprevenido.

     — ¿Jimin? —La extraña persona levantó la cabeza y me miró con sus ojos abiertos en sorpresa, se quedó unos segundos escudriñándome de arriba abajo. Al cabo de unos segundos comenzó a llorar— ¡Hijo!

     Así es, la extraña mujer era mi madre y como era de esperarse se abalanzó sobre mí. No supe bien que pasó, pero escuchar su llanto desgarrador provocó que mis lágrimas también salieran. Me abrazó tan fuerte que me hizo doler, incluso me quitó la mascarilla, luego se separó de mí para correr a la puerta y llamar a la enfermera.

     — ¡Es Jimin!, ¡Jimin despertó! —Junto a ella entró mi padre acompañado de dos profesionales. La habitación se llenó de repente.

     Una de ellas apuntó una luz a mis ojos a la vez que me hizo preguntas y revisó mi condición, mientras mis padres lloraron y trataron de contenerse el uno al otro. Fue tan extraño.

     Hacía tiempo que no los veía, y mucho menos en un estado tan miserable.

     Una vez que el médico vino a verme y a darnos el parte médico, permitió a mi familia quedarse a hacerme compañía.