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<<Muchos dicen que el destino se forma solo, yo pienso que esté toma forma según las decisiones que tomamos... Y no podría estar más acertada>>

***

Los truenos y relampagos anunciaban la tormenta que se acercaba, el clima era frío y el gris oscuro de las nubes daba inicio al invierno.

Artur él sastre real, estaba colocando alfileres a su nueva creación mientras yo permanecía inmóvil para no ser apuñalada por alguno; el vestido constaba con mangas largas que dejaban mis hombros al descubierto, un escote en "V" baja se acentuaba en mi pecho sin ser vulgar gracias a el encaje dorado que se posaba sobre mi piel, el corset era ajustado y la falda tiene un corte recto y liso que le da simpleza y elegancia. Un difuminado de negro, vinotinto y rojo conforman el color del bello vestido y un cinturón dorado lo complementa, una capa del mismo color se posa en mi espalda sostenida por un broche negro con el escudo de nuestro reino y su lema; un fénix renaciendo de las cenizas y las palabras:" Valor, Lealtad y Fuerza" relucen en el.

En algunas semanas se celebrará un desfile en honor a los soldados y como princesa es mi deber asistir en nombre de la familia real, dar un discurso, agradecer su sacrificio y otorgarles un obsequio a sus familias.

El toque de la puerta y la vos de un guardia me informan que mi padre desea hablar contigo, cambiando mi ropa a un conjunto color negro y dorado que consiste en una chaqueta  ajustada y abotonada en todo el centro hasta llegar a mi cuello, bolsillos a los lados de mi pecho, una falda con varias capaz y un cinturón de cuero junto a unas botas elegantes dan por finalizada mi vestimenta.

Camino por los pasillos que están atestados de la Guardia Roja, doncellas, ayudantes y sirvientes; la reina se está encargando del evento y todo tiene que ir perfecto o sino no servirá ante sus ojos.

Toco la puerta del despacho de mi padre y un "adelante" me da la entrada, la mesa está llena de papeles y los capitanes de la Guardia Negra, Dorada y Roja se encuentran sentados a la mesa junto con mi padre y mis hermanos, asiento con la cabeza a forma de saludo y camino a una esquina de la mesa.

Toma asiento Elle- dice mi padre y obedezco- te pedí que vinieras debido a que hay un tema importante que necesito hablar contigo.-Siento la mirada de todos en mi y la tensión en el aire es palpable, mi padre tiene la facilidad de intimidar a cualquiera y está no es la excepción.

Las sombras y truenos hacen el ambiente más tétrico y frío mientras con cada segundo mi corazón late con mayor rapidez.

Está vez es mi hermano quien toma la palabra- Como debes saber, el tratado de paz aún está en proceso... Cada uno de nosostros a investigado y analizado junto al consejo de guerra cada una de las posibilidades de él- informa- aparentemente con este tratado se cerrará la guerra entre ambas naciones de una vez por todas, las Naciones Stonger y Volkswagei serán aliadas de nuevo...

¿Pero...?- pregunto porque se que hay un pero.

Pero él rey Daniel a puesto una condición- habla mi padre y puedo sentir el peso de sus palabras- quiere que como ofrenda de paz... Tu viajes a sus tierras hasta que sea firmado el tratado.

La mirada sombría de mi padre me hacen ver que habla con total sinceridad y mi cabeza no deja de analizar sus palabras.

¿Quiere que sea su prisionera de forma voluntaria hasta que ambos firmen la paz?- digo enmarcando una ceja a los presentes y puedo notar como sus mandíbulas se tensan- tiene que ser una broma... ¡¿Sabes que una vez ponga un pie en sus tierras no me dejara volver?! ¿!O me matará de una maldita vez!?- exclamó indignada.

El tratado de paz no permitirá que le  haga daño majestad...- trata de hablar el Capitán de la Guardia Negra pero lo interrumpo.

¿Tratado de paz?- susurró con la ira hirviendo en mi piel- ¿Es usted un ignorante o es que los golpes del entrenamiento lo han dejado sin inteligencia? Una vez yo esté en el reino Volkswagei el tratado podrá irse al infierno si es que así ese rey lo desea - me coloco de pie y camino por la habitación para calmarme- ya que la única condición para firmar es que me tendrán a mi de garantía para no atacar su reino, podrán hacer conmigo lo que deseen, yo sería su seguro de vida.

Un golpe seco nos sobresalta a todo y mi padre se coloca de pie para encararme- ¿Crees que no se eso Elle? , ¿Crees que no busque la manera de cambiarlo?

<<Llevo un año tratando de buscar una manera de cambiar esa petición maldita sea, de ofrecer cualquier otra cosa pero ese infeliz de Volks solo me dejó dos opciones...

<< ¿No crees que me duele?... O acepto la paz de esta forma... O la guerra continúa peor que nunca...- dice y veo la molestia, desesperación y cansancio en sus ojos, lo interrumpo.

Asi que darás la vida de tu hija por la de tu pueblo...- concluyó y puedo entender sus razones, la vida de muchos soldados, mujeres y niños a sido arrebatada por causa de está guerra, décadas, siglos, vidas, dolor, sufrimiento y penas podrían terminar... Si yo doy la mía...- solo seré el medio para un fin...- susurró- mi vida por la de nuestra nación.

Es el deber de un rey- responde uno de los capitanes y yo asiento, las lágrimas quieres salir y mi garganta anhela liberar el grito de frustración pero no dejaré que vean mi impotencia- cumplir con su pueblo antes que con su familia.

Lo sé... Capitan- digo volteando para ver a mi progenitor a los ojos, esos ojos tan iguales a los mios- siempre a sido así... Y siempre lo será - el dolor en su mirada no me produce nada, no será su vida, será la mia-  cumpliré con mi deber... Pero no seré quien le informe a mi madre que su única hija será llevada a su muerte por la paz de un reino.

Mis pasos se dirigen a la salida, las voces de aquellos hombres se me hacen lejanas y se que quizá mi destino no sera sombrío pero ya una vez un Stongery tuvo que pagar con su vida por las decisiones de otro.

Y no pensé que está vez sería mi turno.

<<Continuará>>


Las Sombras de la corona: del fuego a las cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora