Capítulo 2

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-II-

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-II-

🔺A D I Ó S

A

L A

C O R D U R A🔻



♦️🌼♦️




Febrero 14, 2023.
Maranello, Italia.

El viaje desde Mónaco fue breve, o por lo menos así me pareció.

Ya estaba francamente acostumbrado al trayecto de Montecarlo a Niza, de Niza a Bolonia y finalmente el recorrido un tanto largo hasta Maranello. La rutina se hizo monótona hasta el punto del hastío, cada vez las mismas vistas, los mismos lugares, el mismo ambiente y lo que más me temía, los mismos resultados.

La fe ciega llega a flaquear, inclusive el creyente más ferviente tiende a dejar de creer. Así me sentía yo de unos meses para la fecha. Cuando los resultados hablan en un tono más fuerte que tus aspiraciones, cualquier brote recién germinado de tus esfuerzos se verá ahogado en la creciente. Es detestable vivir así.

Puede ser factible, mis problemas no sean tan abrumadores como los de otras personas que aún luchan por conseguir todo y cuanto quieren, sin embargo, la brecha inmensa entre el antes y el después de haber logrado una meta, no me permitió ver la existencia de problemas una vez logrado parcialmente mi cometido. Tenía mi contrato firmado, terminé en segundo lugar del campeonato el año pasado, mi equipo, pese a sus miles de equivocaciones, me apoyaba incondicionalmente y aún así no se sentía suficiente.

Es tremendamente frustrante llegar a algo de forma parcial, no de lleno y fracasando, si no a medias, de forma tibia. Tantas cavilaciones y comentarios ajenos me orillaron a pensarme poco merecedor de mi presente, como si la silla en Ferrari que tanto trabajo me costó en ganar, no fuese para mí, me hacía sentirme el condenado novato afortunado cuya vida cambió de sopetón en pos de la suerte, no el hombre joven, trabajador y dedicado con un considerable talento y montón de tiempo invertido para ser piloto.

Una parte, recóndita y poco grata de mi ser quería darle lugar preferencial a esos malos pensamientos, renunciar con orgullo antes de verme ocupando un puesto no correspondiente, no ganado a pulso. Pero entonces, el peso de mis anhelos jugó un papel fundamental para frenarme a cometer tal garrafal equivocación; conducir para la escudería roja era el sueño que me mantenía vivo, existiendo con tal de ser la mejor versión de mí mismo, demostrando cuán lejos podía llevar mi nombre y no sólo en mi representación.

𝑶𝑽𝑬𝑹𝑪𝑼𝑻 - ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora