Yo tenía un sueño.
Ideales, objetivos, metas; no importa cómo se denomine, lo único que sé es que trabajé arduamente por ello durante años.
Pero un día, las complicaciones me agotaron, el desánimo llegó y poco a poco mis esperanzas menguaron.
Los po...
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🔺IV🔻
N O
S E A S A L G O
E F Í M E R O
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Febrero 23, 2023. Maranello, Italia.
¿Qué tan patético hay que ser para sentirte como la mierda misma cuando la chica que conociste hace unas semanas y no puedes sacarte de la cabeza te dice que no la verás en muchos meses?
Respuesta: excesivamente patético.
-¡¿Cómo que te vas a quedar en Maranello?!- suelto en algo parecido a un grito, sinceramente, la situación pintaba demasiado bien para ser verdad.
Las cosas últimamente fluían de la mejor forma posible. Mattia ha soltado su hostilidad y vuelve a ser el hombre seriamente cortés de antes, la pruebas cada vez rinden mejores frutos, pues los monoplaza son adecuados acorde a nuestro modo de conducción y en general nos escuchan minuciosamente generando un perfecto balance entre lo requerido y las posibilidades para brindar. Y aunque mi vista pueda estar parcializada por la novedad, es claro que la chica Hazel aporta mucho al resultado final.
Es excelente en lo que hace. Se compromete, se enfoca, no alardea para nada, su trabajo es equiparable al accionar de una hormiguita, silencioso, aparentemente imperceptible, no obstante al final del día, su esfuerzo se ve reflejado alrededor. Sonríe, se relaciona con todos, es atenta a cada sugerencia o comentario hecho por Carlos o por mí, luego hace uso de su gentileza para persuadir a otros, enseñarles con dulzura en sus palabras aquello que necesita.
Andrea no se da cuenta, pero en general, el ambiente muta cuando ella está presente, se ilumina y yo me atonto, por supuesto.
Intenté relajarme en más de una ocasión, ni yo entiendo porqué o qué se despierta en mí cuando ella aparece con su cabello largo atado en una coleta alta y aquel característico labial rojo acentuando su sonrisa.
Desde hace algunos días, hemos estado desayunando juntos, charlando de todo y nada, compartiendo los reducidos minutos libres en medio de esta locura, volviéndose en lo más esperado del día para mí. Tal vez sea por los malos chistes que tienen buena recepción en ambas partes, las miles de referencias a películas escapadas de su boca o el simple hecho de poseer esta afinidad entre ella y yo.
