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En clases.

Cierta maestra amable llegó con una gran sonrisa y una caja con varios hámsters.

-¡Hámsters!

Marinette dio un grio de emoción, asustado a Adrien que quedo pálido.

La azabache se iba a acercar a ver los hámsters, pero Alya la detuvo.

-Marinette, mira su cara.- dijo la morena de manera seria.

La ojiazul ladeo una ceja, obedeció a su amiga y se estremeció al ver a la mujer con una sonrisa... una sonrisa aterradora.

-Muy bien, como sabrán, estoy esperando un bebé y como ALGUIEN me dijo gorda, traje éstos hámsters para que formen parejas y los cuiden como sí fuesen sus hijos... con fín educativo, claro esta, ¿verdad Kim?- explicó la mujer mientras todos volteaban a ver al culpable de todo éso.

Ya no es lo mismo sin Alix, ella junto con Max lo mantenían disciplinado para que no meta la pata, pero ahora solo era Max solo y no lo podía vigilar todo el tiempo.

-¿Podemos elegir nuestras parejas?- preguntó Marinette, queriendo hacer pareja con Adrien.

Ése hámster los uniría, ése hámster sería el inició de su amor.

-Me sorprende que preguntes éso, por supuesto que no, de hecho, como no levantaste la mano para hablar, te concedo el honor de hacer pareja con Chloe, para que se lleven mejor.- dijo la mujer, llena de malicia en sus ojos.

-¡¿Qué?!

Ambas chicas se pusieron de pie, en total desacuerdo con ésa decisión.

-Amiga, calma o te hará hacer pareja con Lila.- susurro Alya, haciendo que Marinette quedé pálida y se siente.

Odiaba a Chloe pero era un odio tolerable, mientras que con Lila...

-No puede hacer que haga pareja con ésa fracasada, me dejará todo el trabajo a mi.- dijo la rubia, enojada por no poder hacer equipo con Sabrina para que haga todo el trabajo.

-No me importa tu opinión, vengan a elegir a su hámster.- dijo la mujer, tomando asiento.

Hasta estar de pie era cansador.

Marinette y Chloe se acercaron, viendo a los hámsters, no pudiendo evitar Marinette sonreír.

-¿Cuál quieres?- preguntó la rubia a su pareja en ése castigó.

Marinette se sorprendió por la consideración de Chloe por dejar que ella elija.

Quizás, solo quizás, Chloe no era tan odiosa como creía.

Con entusiasmo, miró detalladamente a los hámsters, viendo a uno blanco que parecía esponjoso con el que su mirada se encontró como sí fuese el destino.

-Quiero ése.- dijo Marinette, lista para agarrar el hámster blanco.

-Entonces será esté.- dijo Chloe, agarrando un hámster negro y más pequeño que los demás.

Marinette la miró en shock, para fruncir el ceño.

-Eres una desgraci...

-¿Vas a decir groserías delante de nuestro pequeño?- preguntó Chloe, con una sonrisa burlona mientras sostenía al hámster con una mano.

La peliazul se contuvo las ganas de insultarla y le quitó el hámster, para agarrarlo con cuidado y acariciarlo.

-De igual modo lo voy a querer, bruja.- dijo Marinette mientras ambas iban a sus respectivos asientos.

-¡Yo quiero al blanquito!- dijo Alya, yendo por el hámster que Marinette quería al inició.

No sería una buena amiga sí no le hace burla con el hámster que no pudo tener, ¿no?

Y así, gracias a Kim, todos tendrán que formar pareja y cuidar a un hámster.

¿Conseguirán Marinette y Chloe llevarse bien gracias al hámster?

Continuará...

Nuestro hijo... hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora