El sol comenzaba a salir por el horizonte, el fresco rocío de las hojas ajustaba el ambiente hasta volverlo agradable, el cielo estaba despejado de nubes, por lo que los rayos del sol entraban directamente por la ventana de todos los hogares, y ciertamente, por la ventana de la casa de las Sparkle. Un tenue rayo de luz se posó sobre la fina nariz de la mujer de cabellos color aurora, expandiéndose hasta cubrir por completo su rostro, lo que provocó en ella un ceño fruncido, quería permanecer dormida por más tiempo, pero sabía que eso era algo imposible, no con todo lo que tenía que ser en el día.
Abrió sus ojos violetas lentamente, adquiriendo un ligero brillo en ellos, mientras que sus sentidos volvían a despertar en ella, rápidamente dibujó una sonrisa placentera en su rostro, recuerdos de la noche anterior volvían a su mente, y eso no podía mas que hacerle agitar su corazón con fuerza, esos momentos que jamás pudo volver a experimentar en 15 años ahora habían vuelto a ella, una corriente de aire fresco rozó con su piel casi cristalina, provocando que se le enchinaba, una sábana fina de color morado cubría la mitad de su desnudes, pero a ella no le avergonzaba, cosas como esas eran lo menos que importaban en ese momento, se giró al otro lado de la cama, para ver como el hombre que tanto amaba se encontraba a un lado de ella, roncando plácidamente, como si nada grandioso hubiera pasado antes. Soltó una pequeña risita, ese era Goku, como siempre, muy despistado para tratar a una mujer como una dama, pero al final de todo, demostraba el amor que tanto le tenía, lo hizo en el pasado cuando ella y su hermana estuvieron en un peligro mortal.
Cuanto lo siento, Kaio-sama. Murmuró en su sueño el saiyajin, moviéndose lentamente en la cama. No lo volveré a hacer.
La mujer de cabellos aurora soltó otra risa pequeña, seguramente su hombre estaba soñando con ese ser supremo del mundo de los muertos del que les habló a su hermana, hija y a ella.
Goku... Musitó con voz dulce la mujer con porte de princesa. Es hora de despertar. Le susurró, dándole un beso en la mejilla y acariciando el lado contrario de su rostro con una mano.
El saiyajin de cabellera alborotada abrió los ojos, mientras volvían sus sentidos rápidamente, giró su rostro para quedar cara a cara con la Celestia, quien le seguía dedicando una sonrisa entre alegre y tímida, lo que lo contagió de ese mismo gesto.
Hola Celestia. Mencionó con algo de cansancio aún en su voz, dio un rápido bostezo y se giró un poco, atrayéndola con un brazo hacia él. Extrañaba despertar de esta manera. Mencionó con una voz alegre, en ella no se podían notar intenciones de picardía.
Ambos se dieron un abrazo y permanecieron así por unos momentos.
Bueno, tenemos que levantarnos ya si queremos ganarle tiempo al tiempo. Anunció Celestia, sentándose sobre la cama, mientras la cobija caía hasta sus piernas, dejando ver la totalidad de su cuerpo desnudo, a cualquier otro hombre le hubiese vuelto loco este hecho, pero para Goku así no eran las cosas, el guerrero de cabellera alborotada aún tenía en su mente los poderes de pelea malignos que se aproximaban velozmente a la tierra, y estaban por llegar en cualquier momento.
Está bien. Contestó, saliendo de sus pensamientos y mirando a la mujer de cabellos aurora a su lado, para dedicarle una sonrisa. Le prometí a Twilight que la llevaría a la escuela con la teletransportación. Confesó, soltando una pequeña risa al momento de que la imagen de su hija entraba en su mente, había cambiado mucho desde la última vez que la vio, sin duda sería una excelente peleadora de artes marciales.
Ambos tomaron un baño y se vistieron para comenzar el día, Celestia le dio el traje de gi rojo a Goku que tenía de reserva, el mismo que le enseñó a Twilight en una de las noches anteriores, se encontraba en perfecto estado, pero aún así le advirtió que el fin de semana irían de compras por ropa diferente, pues tanto a Celestia y a Luna les molestaba ver a diario al saiyajin con la misma ropa, muchos comienzan a pensar que era demasiado pobre como para vestir otra ropa, y eso sería el chisme del vecindario, a Celestia no le parecía nada agradable esa idea.
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Mi Padre es un... QUÉ!?
Science FictionDesde pequeña, los secretos y misterios me rodean como el oxígeno que respiro. Un dia, soy una ordinaria estudiante de Canterlot High, hija de la directora, con 5 mejores amigas de las que nunca me separaré. Al otro día, descubro que mi padre es un...