Capítulo 1 Así es la vida ahora.

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Cinco documentos habían sido dejados sobre su escritorio esa mañana. Lucien vio las carpetas azules pulcramente acomodadas, apenas abrió la puerta de su oficina y no pudo hacer más que congelarse en su posición.

"¿Ya es ese momento?"

— ¿Ocurre algo General Khan?

Kane Cross, su único asistente, preguntó directamente cuando notó que el cuerpo del hombre de veintitrés años se había detenido abruptamente.

Kane, que llevaba trabajando para el General de Brigada del tercer Domo cinco años y que ya estaba acostumbrado a la personalidad fría y estoica de este, encontró este gesto particularmente interesante.

Durante todo el tiempo que habían trabajado juntos... No, incluso durante su estancia en la Academia Militar para Cazadores, el Lucien Khan que conocía, siempre mostraba una apariencia inquebrantable.

Fue esta cualidad, junto a su mente lógica y su gran poder destructivo, lo que le permitió ascender rápidamente en la línea de mando, pasando de ser Líder de Escuadrón a General de Brigada a cargo de todo el Domo, en cosa de solo cinco años, ganándose al mismo tiempo el apodo de: "Robot Bombardero".

El general que él conocía, era frío, ordenado, metódico y calculador, incluso cuando debía interactuar con sus hombres, jamás bajaba la guardia. Fue por ello que le llamó la atención aquel pequeño gesto tan temprano en la mañana. Era la primera vez, desde que se habían conocido, que lo observaba dudar. Por supuesto, este hecho causo gran interés en él.

Cross lo miró con interés mientras Khan, atravesaba la habitación a grandes zancadas. Con una sonrisa expectante en su rostro, lo vio darle un rápido vistazo al grupo de carpetas azules sobre el escritorio y suspiro un poco desilusionado cuando el hombre simplemente tomó los documentos que necesitaban y salió rápidamente de la habitación en dirección a la sala de reuniones.

Su asistente camino tratando de igualar el paso del General por los pasillos del Tercer Domo, mientras pensaba en los documentos que habían quedado sobre el mesón.

"El azul es matrimonio, ¿verdad?"

Fijó su mirada en el hombre que parecía igual que siempre mientras se dirigían a su destino.

"¿Está feliz o enojado?... Qué hombre más difícil."

Lucien se detuvo un momento, frente a la puerta de la sala de reuniones, para que el guardia verificara su identidad antes de ingresar a la recámara.

Khan, quitó uno de sus guantes para mostrar la marca que había aparecido por primera en su cuerpo cuando tenía apenas tres años y que le permitió llegar al puesto donde se encontraba actualmente.

Cross admiró el símbolo en forma de camelia de un suave color rojo, que parecía resaltar aún más en la piel blanca de su jefe, mientras este mostraba sus credenciales y se verificaba su identidad.

— ¡Bienvenido General de Brigada Khan!

El guardia, que parecía rígido y nervioso, lo saludo enérgicamente a la vez que se hacía a un lado para permitirle el paso.

El hombre de ojos plateados, que vestía pulcramente su uniforme negro lleno de medallas, atravesó las puertas automáticas con paso seguro, dejando a su asistente y al guardia esperando en el pasillo.

Había llegado con varios minutos de anticipo, como era costumbre. Lo que le dio el tiempo suficiente para relajarse en la habitación, antes de que las luces se apagaran y comenzara la reunión con los otros siete generales de Brigada.

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