CAPITULO UNO

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Capitulo 1
Las cosas nuevas, en verdad me aterran, siempre fui cobarde en ese sentido, en entrar a lo desconocido, en la gente desconocida, en las cosas desconocidas. Lo desconocido, en general aterra, porque que pasa si en verdad no es bueno, si nos lastima, o nos rechaza, la mayoría de los adolescentes le tenemos un gran miedo al rechazo, al no ser aceptados, por eso muchos creamos una personalidad basada en lo que quieren que seamos, como quieren que nos veamos, actuemos, sabemos las cosas que debemos aborrecer, aunque en el fondo sepamos que no son tan desagradables, nos dicen como comer, que comer, que música
escuchar, aunque con los audífonos pongamos esa que tanto odian, jamás te pares encorvada, saluda con delicadeza, no
bailes así, no te rías tan fuerte, nunca llores delante de nadie.

 
El mundo, y nuestra propia familia nos moldea a su manera, nos hacen que incluso nosotros a veces olvidemos quienes somos, y que es lo que en verdad queremos, y lo sé, porque con el tiempo
me olvide de mi y es que, ¿en qué momento las sonrisas fingidasson tan fáciles? ¿desde cuando no llorar cuando algo te quema el alma y te atraviesa la garganta se volvió tan sencillo? ¿y por que llorar horas en la bañera es una costumbre?

 
Haberme criado con padres tan estrictos y reconocidos públicamente si afecto mucho a mi vida, y el vivir con cámaras pegadas a mi mas aún, no importa si sales enojada, triste o sin ganas de nada, siempre una sonrisa cortes a la cámara, era realmente agotador.

 
Mi papá Enzo Manzoni, era alguien serio con un trabajo que aunque el amaba, le ocupaba mucho tiempo, se casó con mamáa los 25 años y al año y medio me tuvieron a mi. Mamá también trabajaba, ambos eran empresarios desde antes de conocerse, luego se enamoraron, y de a poco crearon su propio bufet de abogados, se que amaban su trabajo, se que lo aman, pero el echo de que su empresa se haya echo tan famosa al punto de tener casos muy polémicos, hizo que nuestra familia este bajo la lupa de mucha gente, era bueno para la empresa, pero a veces
por unos instantes desearía que no hubiese sido así, quisiera vivir una vida normal, sin la escuela prestigiosa, sin los autos de lujo,
ni la comida y la ropa extravagante, salir a los parques, hacer un largo viaje en tren, emborracharme con amigos en un antro,
comer pizza por ahí, correr bajo la lluvia por la calle, escribir millones de cosas que tengo escondidas y jamás voy a publicar,
quisiera poder vivir una vida normal, sin que la gente comente mis post de Instagram diciendo, si estoy muy flaca, si mi cabello
se ve mal, si el maquillaje se corrió, o si algún imperfecto en mi cuerpo es muy notable, por que créanme que ya lo sé, no hace falta que me lo recuerden todo el tiempo.

 
Y hoy, papa quería que vaya de pasantía a su empresa por primera vez, porque sí, tenía 17 años y en un año me graduaría, las semana que viene empezaba mi ultimo año de preparatoria así que en el bufet empezaban la pasantía una semana antes como adaptación, y claramente como hija de ambos abogados prestigiosos yo debía convertirme en una, detestaba el futuro que veía para mí. Y estar ahí, rodeada de gente que ve en ese futuro un pase de oro para mí, era estresante, porque todos iban a estar esperando el gran potencial que tienen mis padres en mí, y en pocas palabras yo era un desastre.

 
Los golpes apurados de papa me hacen sobresaltar del transe en el que estaba, si, levantarme a la mañana no era mi fuerte, y
aunque la empresa fuera de mis padres, tenía que cumplir mis horarios con el resto de alumnos, ya que "LEGAL FORCE", el bufet de mis padres era el único en toda la ciudad con un permiso legal para la capacitación y pasantía de alumnos menores de 18 años, eso no quería decir que a los 15 años vengan a hacer la pasantía, porque solo admitían a los 17 ya que era una capacitación antes de ser mayor de edad y comenzar con el verdadero trabajo, aunque la mayoria venían a hacer la capacitación después de los 18 o 19 años, para salir de acá con un titulo de capacitación mas facil que en la universidad. Mi hermano mayor Matthew, lo había echo a los 18, aunque mis padres lo presionaron para que lo haga a los 17 el siempre ponía lo que el quería antes que lo que ellos pedían, lo que yo nunca pude hacer.

En defensa de cupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora