Cap 1: El cumpleaños.

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Tenko:

Caminando me encontraba, mi cara estaba cubierta por una capucha, uno era para no ser reconocido, pues al estar en la ciudad se veía varios carteles pegados de "se busca" en unas cuantas partes, la otra razón es que no me gusta que desconocidos me vean el rostro, no es por mi cabello o mis cicatriz, quizás porque así me siento seguro...

Tampoco me gusta venir a la ciudad, esta gente que acepta la dictadura del ser que antes llamaba padre y que pueden vivir tan relajada a la vez, me genera un cierto odio y fastidio, siempre los miró con cierto desdén; pero al fin de todo, estoy en este sitio para encontrar un regalo a mi hermana, hoy es un día especial para ella... Esto me hace recordar el tiempo que pasamos de fuga, todo lo que vivimos y leves momentos de felicidad.

Todo aquello hizo que suspirara y bajará mi cabeza, aún me pregunto que hubiera sido si aún estuviéramos viviendo con mi padre, pero sé que no tengo que vivir en el pasado. Seguía viendo los escaparates y algunas tiendas, pero sentía que nada lo que veía era lo suficiente para mi querida hermana...

Aunque tampoco podía concentrarme en aquello, pues debía estar pendiente si me veían, también el hecho de escuchar aquellas voces, las cuales no vienen de ninguna parte y parecen estar susurrando no ayudaba mucho, aunque debo decir que aquello es algo reciente, aparecieron un día de repente mientras estaba en una situación de mucho estrés y no sólo eso fue lo que sucedió aquel día...

Aunque hoy al estar aquí afuera, empezaba a escuchar aquellas voces algo fuerte y hasta entendía alguna de sus palabras "muerte" "genocidio" "matar a padre", cosas como esa hacían que perdiera la concentración y empezara a poner mis manos en la cabeza mientras negaba con la cabeza.

Las voces empezaban a ahogar el ruido externo y cuando estaba a punto de explotar, sentí una mano en mi pecho y luego una sensación de empuje, mi cabeza se levantó y al hacerlo supe de quien era: una figura femenina, algo iluminada y detrás suyo podía ver unas alas ¿Un ángel? Fue lo único que se me ocurrió al ver aquello, pero dicha vista no duró mucho, pues a los pocos segundos un camión pasaría al frente mío... Momento ¿Me había protegido? Hace mucho que no sentía eso, estaba tan en shock que las voces ya no se estaban escuchando.

Tal vez fue solo una ilusión o mis instintos de supervivencia, pero sin duda me dejaba confundido y al ver que aquella figura ya no se encontraba después de que el camión pasará, no ayudaba a aclarar las cosas. Chasquee la lengua y desvíe la mirada, al hacer esto note que a unos cuantos metros estaba una librería, pensaba que todas ellas fueron destruidas... Claro, ahora encontré el regalo perfecto para mi hermanita, a ella le encanta mucho leer y los pocos libros que teníamos ya los había leído tantas veces que se lo había grabado de memoria, algo nuevo la alegraría bastante.

Después de incorporarme, entré en dicho lugar y pude verlo, había bastantes libros que el tiempo le había pasado factura, había un extraño olor a cuero y papel en el aire, también pude ver otras cosas a lo que se denominaría "cachivaches". Pero lo que más llamó mi atención, era el libro que estaba exposicionado en el centro del lugar y como si de un mítico objeto se tratara, una luz diferente le iluminaba y no sólo eso, extrañamente me sentía atraído por él.

- Oh, veo que te interesa la historia de las antiguas tribus secretas... - Una voz ronca y algo vieja, acompañada de una tos poco después, era lo que escuche, me giré y al hacerlo vi que se trataba de un anciano, que tenía una joroba en su espalda y su altura me llegaba hasta la mitad, sus arrugas se extendían bastante y apenas unos pelos blancos se asomaban tímidamente en su cabeza.

- ¿Tribus antiguas? - Sin duda nunca había escuchado algo como eso y aquello hizo que volviera a ver el libro, también pude ver por el rabillo del ojo que el señor se movió hasta el objeto y lo abrió, al hacerlo la primera página me debo los ojos bien abiertos, pues habían tres símbolos, los cuales había visto antes: una cola de zorro, cosa que tanto a mi como a mi hermana le ha llamado la atención, hasta tenemos algunas ropas con ese símbolo dibujado, además que el ejército de aquel señor ("mi padre") también poseía dicho símbolo; la mitad de un trazo de corazón, una marca que tengo yo en el cuello y mi hermana en un brazo y el tercero, es el ying yang, ese es el único que no he visto en ninguna parte... Tragué saliva y sentía como el sudor frío recorría mi frente.

Hero bloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora