Cap 2: Soy toda tuya.

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Nunca pensé estar en la posición en la que ahora estoy, una huérfana que cada vez que veía un trozo de comida se lanzaba hacía él sin pensarlo dos veces; tampoco conocí la empatía de nadie de mis padres, quienes por suerte no conocí pues ellos se habrían muerto cuando tenía solo 5 años, pero desde que él me encontró no puedo estar más que agradecida por lo que ha hecho por mí, Aunque también siento que su padre no está haciendo las cosas como se debe, pero bueno, yo no puedo opinar, solo soy una sirvienta en este sitio y es mejor que seguir viviendo en la calle, aunque dicho trabajo sólo lo ve así su padre, pero él me ve cómo su amiga, su confidente y eso lo está demostrando en este preciso instante.

Nos encontramos en un parque cercano, los pájaros gorjeaban a mi alrededor y la luz de la mañana era cálida y uno de esos rayos daba directamente al rostro de él, nunca había apreciado su belleza hasta ese preciso instante y cuando sus ojos azules se clavaron en los mío de caoba, sentí que el tiempo se detuvo. – Oye dime: ¿Te gusta este lugar? – Su voz era suave y profunda, su pelo negro y corto se mecía ante a brisa.

Por unos momentos parecía estar elevada y no haber entendido la pregunta, pero poco después reaccioné y sacudí mi cabeza para concentrarme. – Esto sí... ¿Por qué no me agradaría? – Le pregunté apreciando una vez más sus ojos de pupilas azules.

Él guardó silencio y miró hacia otro lado, en esos momentos una marca que no le veía bien la forma, pero sospechaba que no estaba completa se asomó entre su cuello, el cual intentaba ser cubierto por un saco negro. – Tampoco me disgusta, pero no me refiero a este sitio como tal, sino al planeta en sí, sé que no podemos salir de él, pero... Es tan molesto, siempre el humano es tan desobediente, uno intenta hacerles las cosas fáciles, pero ellos las complican. – Y por unos segundos aquella belleza que estaba en él se había esfumado, ahora frente a mí estaba un monstruo que al igual que su padre sentía que debía gobernar con mano firme. – Quiero destruir todo, pero mi padre dice que eso sería un desperdició de poder y recursos, dice: "Si destruyes todo ¿Sobre qué tenemos poder?" – Se le escuchaba molesto y al bajar la mirada, casi hacía sus pantalones oscuros, veía como una de sus manos emitía un extraño brillo y desde mi sitio sentía el calor de dicho brillo, al principio me hubiera asustado algo como eso, pero al estar tanto tiempo con él me había acostumbrado a su forma de ser, quería cambiarle su forma de ver el mundo.

– Connan... – Murmuré antes de tomarle la mano que emitía el brillo, sentí un gran calor, casi como cuando tomaba una olla hirviendo del fogón sin guantes, pero el calor que emitía aquella mano era más fuerte, pese al dolor yo no retrocedí. – ¿Qué te molesta realmente? No tener poder sobre las cosas ¿No? Oye, aunque tu padre lidere todo este planeta, tenga un ejército más grande que jamás haya visto, la verdad es que él no me tiene...

El calor parecía disiparse y sus ojos volvieron a dirigirse hacia mí, su cara reflejaba una expresión de incredulidad. – ¿No tiene control sobre tí? Eres una de sus sirvientas, le lavas hasta la ropa y aún así dices que no tiene control sobre tí, en verdad no sabes lo que es poder... – Masculló, sentía que lo había hecho enojar, pero pese a eso no apartó su mano de la mía, era como si buscará eso.

Tragué saliva y cerré los ojos, intentaba sentir mi corazón a ver si me decía algo, pero solo escuchaba su típico palpitar, el cual se hacía más profundo. – No... No me refiero a eso, la verdad es que con él hago las cosas porque no tengo opción, pero yo haría cualquier cosa por ti sin rechistar ¿Comprendes? – Le miré a los ojos e hice lo mejor posible para que los nervios no me ganarán.

Y por primera vez vi un brillo en sus ojos, seguido de una leve sonrisa. – ¿C-cualquier cosa? – Tartamudeó un poco, sin duda era por la sorpresa o quizás entusiasmo por lo que le dije, yo sólo baje y mantenía una sonrisa débil, era cierto que podía hacer cualquier cosa y si pidiera que le diera mi cuerpo se lo daría aquí y ahora sin importar que haya gente de por medio, después de todo él es una parte de la ley y no podían decirle nada, él era libre de hacer lo que quisiera, pero yo no, pero tampoco me oponía ante el mandato de él. – Bien, bien, tengo grandes planes para ti... – Cuando dijo esto, dudé en mi decisión por un momento, pero si él era feliz yo también lo sería....

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2023 ⏰

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