Dedicado especialmente a todas las personas que han sido reemplazadas al menos una vez en la vida.
¿Quién no ha sido reemplazado alguna vez? ¿Cómo explicar la presión en el pecho cuando se es consciente de esto? ¿Cómo describir el dolor y tristeza que se siente durante esta situación?
Lo más difícil de ser reemplazados es asimilarlo de una forma no dañina para ti, después de todo los pensamientos invasivos llegan sin aviso. ¿Cómo afrontarlo la situación sin pensar en que hiciste mal? ¿Acaso no fuiste suficiente? ¿Diste lo suficiente? ¿Fuiste importante?
La idea de ser irremplazables e invaluables es llamativa, pero realmente imposible, incluso si se logra ser irremplazable en memorias, en algún punto alguien ocupará el lugar que tú tuviste como una amistad importante o una pareja amorosa.
Todos somos piezas canjeables, nada es fijo ni constante...
Es doloroso ser reemplazados, pensar en una forma para que la siguiente persona que nos escoja no se aburra y te cambie es agotador, luego cuando te acostumbras solo esperas el momento, te preparas cada día para enterarte de que ya no eres "ese amigo" aquel al que le contaba sus secretos, aquel en quien confiaba para un consejo, aquel a quien presentaba ante todos como "su mejor amigo", aquel al que incluía en todo para pasar ser a quien dejan fuera de los planes, a quien no agregan a los grupos de chats, de quien no hablan de forma dulce, a quien ocultan de sus nuevos amigos, porque realmente no eres relevante, así que pasas a segundo plano y recibes sobras de amor hasta que simplemente ya no hay nada para ti.
Pasas de ser el empleado del mes a ser a quien despiden cordialmente con una carta de recomendación.
Ser reemplazados te hace sentir como un perro callejero que espera pacientemente a que alguien le dé un poquito de cariño y afecto, aunque sabes que luego serás dejado en aquel callejón oscuro otra vez, cuando la emoción de tenerte allí acabe...
Con el tiempo solo nos aferramos a la idea que alguien nos amara y jamás nos soltara, pero eso solo pasa en los cuentos de hadas, ¿no?