¿Mi jefe o mi esposo?

Capítulo IV: Pues no se we.

Coloquen su presente por aquí, o no podrán leer:

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Blake

¿Estoy enamorada de Marlon?

Pues no se we, ¿cómo se siente el amor?

Si tu no sabes yo menos.

—Y-yo... La verdad no lo se. Yo estoy confundida.

Se me queda mirando y mi cabeza solo se pregunta.

¿Realmente estará enamorado de mi? Y si... ¿Y si tal vez solo quiere ilusionarme para que cuando todo esto acabe me quede enamorada de él?

—No quiero que te sientas apurada para desahogarte con el tema de los sentimientos.—dice mientras me acaricia la mejilla—¿Si?

Asiento lentamente.

—Quiero que me cuentes todos los inconvenientes que tengas con ''nuestra relación'' . —dice sonriéndome, con esa sincera sonrisa la cual me hace dudar sobre sus sentimientos hacia mi, no es fácil creer que días después de firmar un contrato por conveniencia te digan que está enamorado de ti.

Cuando ve que me quedo pensando, llama al mesero para pagar la cuenta.

Salimos del restaurante mientras el me cuenta lo obsesionado que está con el orden, y que espera que yo también lo esté, mientras me dedico a sonreír incómodamente al saber que no tengo ni la ''o'' de ordenada.

Cuando llegamos me enseña toda la casa, la cual es realmente inmensa, maravillosa y moderna, después de todo el recorrido, termino más cansada de lo que por si estaba. Para completar la noche, nos tumbamos en la sala de cine a ver una buena película navideña mientras comemos unas buenas palomitas.

{...}

Despierto cuando siento que alguien o algo me da lengüetazos por toda mi cara, lengüetazos de dudosa procedencia.

Abro mis ojos lentamente para ver a Hades sobre mi emocionado, tanto que asusta.

Antes de que pueda decir algo, escucho los pasos de Marlon acercándose a la habitación.

—¡Buenos di-!—no termina de hablar cuando ve la escena.— ¡Hades! ¡Bájate!—grita tan fuerte que Hades del susto da un brinco y cae de la cama.

—¡Marlon! ¡Lo asustaste!

—Perdón, pensé que te estaba haciendo algo.— Dice mientras se acerca con una bandeja en la mano.— Te traje el desayuno.

—No te tenias que preocuparte, me estás consintiendo mucho últimamente. —digo mientras me siento en la cama.

—Ya te dije el porqué.

Veo como deja la bandeja en la mesita de noche, y sube a la cama, para volver a tirarme y abrazarme por la cintura.

Siento como Hades vuelve a subir a la cama, y ponerse sobre nosotros, uniéndose a nuestro momento romántico.

—¿Me trajiste a la cama verdad?

Lo último que recuerdo de ayer fue cuando estábamos charlando en la sala de cine mientras veíamos una película.

—Si, te quedaste dormida minutos antes de que acabara la película.

—Perdón, es que estaba muy cansada —digo mientras volteo la cara, ya que siento como si mis mejillas estuvieran en llamas.