CAPÍTULO 8

52 45 0
                                    


—No es tan arrogante como creí—.

Pasó un día desde que tuve otra pesadilla, era sábado, me desperté con los rayos de sol colándose por mi ventana, terminando justo en mi cara. Me levanté para dar un vistazo en el balcón sintiendo el aire frío colándose en mi piel. Me abracé para luego correr la cortina. El sol intentaba salir pero las nubes eran más y el viento era muy frío.

Decidí tomarme un tiempo para mí. Me bañe y me arreglé. Le avisé a Alan que saldría a dar una vuelta en la ciudad y que tardaría.

Salí de casa sin rumbo, simplemente caminé. Necesitaba despejar mi mente, me sentía algo tensa. Al mudarme aquí las cosas han estado cambiando, me he sentido mejor que antes con respecto a mi pasado pero aún así no deja de doler. Me levanté con ganas de simplemente pasar tiempo conmigo misma y conocerme. Por que en algún punto de mi vida sentí perderme, sin saber quien soy o que hago aquí. Supongo que todos hemos sentido o pasado eso alguna vez en la vida. Entré en una cafetería y pedí un Café expresso Mocha, Mi favorito. Mientras veía a las personas pasar de un lado a otro, cada una en sus mundos. En ese momento pensé tantas cosas, me estaba sentando bien conocer personas nuevas, personas que se estaban volviendo importantes para mí como lucia y Andrés. Han sido muy buenos amigos conmigo y con Alan. Ellos ya saben nuestra historia y no se han ido huyendo de nosotros como lo han hecho otras personas, se han quedado y nos han brindado apoyo, cosa que realmente agradezco.

Al frente de mí, se habían sentado una pareja que se veían muy enamorados, tomando su café, conversando tomados de la mano, dándose amor. Era algo que realmente me intrigaba. ¿Cómo se debe sentir? —Me pregunté—. El único amor que he recibido en mi vida a sido de hermanos, nada de romance en mi vida. Lo poco que tuve con louis no fue tan profundo, solo una pequeña atracción, así que no sabía cómo se sentía estar enamorada. En ese momento pensé en Demián, no por que estuviera enamorada de él, eso sería muy rápido. Pero si admito que siento algo dentro de mi ser desde la primera vez que lo vi. ¿Es posible eso? ¿Sentir algo por alguien que apenas acabas de ver? —Me pregunté nuevamente—. Tal vez estoy confundiendo las cosas no lo sé. Pero no se que es eso que siento cuando lo veo, esa curiosidad de saber más de él, algo significaba ¿no?. Aún así ya tenía más de una semana sin verlo y sin saber de él, cosa que en el fondo me preocupo ¿Y si le pasó algo?.

Continué mi camino, con las manos dentro de los bolsillos de mi abrigo. Caminé y caminé mientras veía a las personas, la ciudad, y cuando levanté la vista estaba en el Big ben, crucé la calle y me quedé Observándolo, Mirando hacia el gran reloj que tenía. Pensé que en esta vida el tiempo se va tan rápido que no te das cuenta. Hace dos años mis padres eran asesinados. No sé cómo sentirme, eran mis padres, si, pero fueron los causantes de mis traumas, de mis pesadillas de todo lo horrible que vivimos Alan y yo por su culpa. Nunca se importaron con nosotros, no recuerdo ningún acto amoroso de parte de alguno de ellos. Una lágrima me recorrió la mejilla, sentía tantas cosas que aún me afectaban aunque lo negara, ni con mil psicólogos me ayudarían a olvidar todo eso. Alguien me habló y cuando bajé la mirada no podía creer que estuviera ahí, justo frente a mí.

—Hey —murmuró— ¿Estás bien? —Se acercó tocando mi hombro. Yo me quedé observándolo. Parpadeé un par de veces—.

—Demián —mi voz se escuchó átona y gélida. ¿Por qué justamente encontrarlo a él? No quiero que me vea así. Retrocedí unos pasos— Disculpa, yo debo irme... —Giré sobre mis talones para irme pero él me tomó del brazo con delicadeza—.

—No vas a irte —ordenó— no está vez
¿Que ha sucedido? ¿Te han hecho algo? —Preguntó él en tono preocupado—.

—No, estoy bien en serio. Sólo me recordé de algo que me dio un poco de tristeza es todo —comenté limpiando mis mejillas—.

El amor no es suficiente. (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora