Boyfriends ! - 1985

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Otro año había llegado.

Steve y Eddie ya habían hecho pública su relación.

Robin logró salir con Vickie.

Nancy mantenía un lindo noviazgo con Jonathan Byers.

Henry disfrutaba su soltería.

Y el grupito de adolescentes menores a ellos se paseaban por el Starcourt Mall (La nueva atracción de Hawkins).

Y un día, ya anocheciendo, Michael Wheeler hacia sonar una campanita en el mostrador de la heladería "Scoops Ahoy".

– ¡Oye, Harrington, tus niños ya están aquí! – Robin se encontraba en aquel mostrador. Uniformada con un tipo de traje de marinero para nada de su gusto.

– ¿De nuevo? – Steve se encontraba igual. Apareció por una ventana que daba a la parte posterior del local y luego fue a dejar pasar a los menores.

Había una "entrada secreta" hacia el cine del Centro Comercial desde la heladería.

Lo que los niños no desaprovecharon; Entraban sin pagar entrada hacia cualquiera de las salas de cine.

– ¡Les juro que si alguien sabe de esto... – No dejaron a Steve terminar.

– ¡Estamos muertos! – Mike, Jane, Will, Dustin, Lucas y Max (Que llegó hace un año a Hawkins y es amiga de los chicos) le gritaron de vuelta al mayor.

– Dios – Steve volvió al trabajo, mirando a Robin.

– Te ves estresado, Popeye – La chica terminaba de atender a unos clientes.

– Primero que nada, no me digas Popeye – Steve la apuntó con un dedo, como cuando tu mamá te castiga o una cosa así – Segundo, esos mocosos van a terminar siendo descubiertos un día de estos, ¿Y de quien va a ser la culpa? De Steve Harrington – El muchacho se quitó el "sombrero" de marinero que llevaba su uniforme y peinó su cabello hacia atrás, tratando de calmarse.

– Ya, calmate, cerramos en diez minutos y no veo a nadie, ¿Te parece si nos vamos ya? Ibas a visitar a tus padres hoy, ¿No? – Porque sí, Steve se independizó.

En parte.

Ahora vivía con Eddie en una casa justa para ellos dos y un gato marrón bien oscuro y peludo llamado Ozzy.

Obviamente lo había nombrado Eddie, en honor al gran Ozzy Osbourne.

Robin vivía al lado con Vickie y un hámster llamado Steve (obra de la rubia).

A Steve no le agradaba para nada ese hámster.

– Sip, iré yo solo, Eddie tiene que ir a ensayar y va a llevarse a Ozzy con él para que no quede solo – Explicó.

– Está bien, dales mis saludos y los de mi mamá. También diles que los quiero mucho – Robin le sonrió y apagó las luces del local, cerrando y dirigiéndose a la parte posterior para cambiarse a otro atuendo.

Steve también fue a ponerse ropa más cómoda.

A los pocos minutos, ambos estaban en el auto del castaño.

– ¿ABBA? – Preguntó Robin, mostrando un cassette.

ABBA – Contestó Steve, poniendo el cassette en el reproductor del auto.

– ¡You can dance! – Cantó fuerte la chica al iniciar la canción.

– ¡You can jive! – La siguió Harrington.

– Having the time of your life – Ambos chicos siguieron cantando "Dancing Queen" y otras canciones al unísono durante el camino a sus casas.

Al llegar, se despidieron y fueron a sus respectivos hogares.

– ¡Edds! ¿Sigues aquí? – Steve entró a su casa y decidió verificar si su novio seguía allí.

– ¡Si, mi vida! – El rizado corrió desde la habitación hacia la sala, llegando a abrazar a su Omega – ¿Cómo estuvo el trabajo, amor? – Lo saludó.

– Todo bien hoy. Los niños volvieron a meterse al cine por ahí – Steve bajó la cabeza, estresado – Pero todo bien, ricitos – El castaño se puso de puntillas y besó al más alto, abrazándolo por el cuello.

– Que lindo – Le dijo Eddie – ¿Irás donde mis suegros? – Preguntó.

– Sip, allá voy – Respondió.

– Bien, me llevo a Ozzy conmigo al ensayo. Se va a quedar con Lars, el gato de Gareth, ¿Te acuerdas de ese tigre? – Bromeó el Alfa.

– Lo recuerdo, si – Una vez Steve acompañó a Eddie a un ensayo y conoció al gato de Gareth (El baterista). Era una pequeña y total bestia gris de ojos bicolores, uno amarillo y el otro verde.

Pero se llevaba bien con Ozzy.

Les gustaba pasearse por toda la casa de Jeff (El otro guitarrista, además de Eddie) y luego se dormían debajo de la mesa en el comedor.

– Bueno – Steve sintió algo en su pie, por lo que bajó la mirada – Hablando del rey de Roma – Era Ozzy.

Steve lo tomó en brazos y lo elevó, para luego besar su nariz.

– Adiós, bebé – Se despedía Steve.

Eddie y Ozzy se marcharon a pie. A Ozzy le hacía bien caminar y, cuando se canse, se lo haría saber a su dueño al maullarle varias veces.

Y Steve, por su parte, dejó sus pertenencias en su casa y se puso en marcha al hogar de sus padres.

Al llegar, tocó la puerta y esperó pacientemente a que los ladridos de Brownie comenzarán a resonar detrás de aquella estructura.

– ¡Steve, mi niño! – Su mamá lo abrazó – Pasa, lindo, tu papá está terminando de arreglar la mesa para cenar – Steve pasó junto a su madre y Brownie.

– Hola, hijo – Su papá lo saludó, despeinandolo – ¿Cómo va todo en tu vida? – Le preguntó.

– Todo va bien – Steve respondía – El trabajo es estable y tiene una buena paga, además de que estoy con Robin y no nos aburrimos nunca – Era verdad. El trabajo siempre era divertido con Rob – Oh, y ella les manda sus saludos y los de su mamá... A ver, qué más... La casa está impecable. ¿Quién iba a decir que Edward podía ser bueno para la limpieza cuando se lo proponía de verdad? – Steve descubrió que Eddie era tremendamente bueno limpiando o haciendo cualquier cosa si tenía una buena paga por ello... Como lo eran mimos antes de dormir, o quizás un poco de sexo durante la noche – Ozzy se porta muy bien, algún día lo van a conocer – Para ese punto de la conversación, ya estaban sentados en la mesa (Con una tarta de manzana y un delicioso bizcocho de chocolate esperando por ellos).

– Me alegro mucho, corazón – Le dijo Emily.

Durante la cena, hablaron de su trabajo, de el de sus padres, de Eddie... Hasta que tocaron ese tema llamado matrimonio.

Steve dijo que era un simple papel y una fiesta que podrían hacer cualquier día.

Que el amor mutuo que se tenían no necesitaba pruebas además de lo que ya se demostraban.

Y que en algún momento Eddie le había comentado a Steve sobre "la marca".

Y Steve aceptó gustoso a que lo hiciera cuando quisiese.

Pero Eddie se ponía tímido. No quería hacerle daño al momento de hacerlo.

Pobre ingenuo. Steve sabía que no iba a sentir más que placer si lo hacía.

Volviendo al tema, todo pasó a risas y charlas sobre cualquier tema.

Y luego volvió a casa, sabiendo que Eddie ya tuvo que llegar.

A casa...

La casa en la que su Alfa lo esperaba para decirle que lo amaba día a día.

Su casa, con su Alfa.

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destiny things - Steddie 🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora