Capituló 3

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Los rayos de sol se colaban por la ventana y me daban justo en el rostro, agarre la sabana para cubrir mi rostro y fue cuando me percaté de la presencia de alguien.

Rápidamente abrí mis ojos y me incorporé en la cama, me encontraba desnuda y me dolía todo el cuerpo, la desnuda espalda de un hombre fue lo que vi a mi lado, pero mi corazón se detuvo cuando vi los tatuajes en el brazo derecho de él.

— ¿Zack?.— dije en shock.— Que diablos haces en mi habitación!?.— le di una patada, tirándolo de la cama y cubriéndome con la cobija.

— ¡Que mierda!— dijo  molesto levantándose del suelo, pero se quedó callado en cuanto me vio. Miro a su alrededor dándose cuenta que no estaba en su habitación y por último percatándose que no llevaba ropa.— ¿Yo que hago aquí?.— Agarro la almohada y se tapo.

— Eso mismo preguntó yo.— lo miro sin comprender nada. — Y porque estamos des...— Las imágenes de anoche empezaron a volver a mi cabeza como ráfaga, sintiendo como mis mejillas se sonrojaban, y por la expresión de terror en el rostro de Zack, sabía que el también estaba recordando.

— Tuvimos sexo.— el me miró.

— ¿Como es que esto pasó?.—

— Yo, yo no lo sé.— su voz fue casi inaudible, el se que quedó mirándome con sumo silencio unos segundos. — Maldición hubo luna llena anoche, ¿como es que no me pude controlar?.

— Nada de esto a nadie, entiendes.— me levanté de la cama envuelta en la sabana. — Vístete y sal por la ventana. —dije para dirigirme al baño sin mirarlo. Maldición me duele todo.

Me paré frente al espejo y la sangre se me congelo cuando vi las marcas de sus manos en mi cuello, automáticamente la imagen de él tomándome del cuello mientras me folla apareció en mi mente.

Mis brazos y piernas tenían moretones también, es normal para mi tenerlas luego de una misión, pero jamás las había tenido por sexo. Es muy probable que haya tenido el mejor sexo de mi vida y fue con la persona que más odio.  Entre a la ducha y abrí la llave, mi intimida me dolía, podría jurar que hasta mi utero se quejaba. Deje mi cabeza bajo la regadera, intentaba cerrar los ojos pero lo único que veía era Zack y lo peor es que no entiendo cómo permití que esto pasará. No es mi primera luna llena, se que nuestras ferormonas se alteran pero tengo más control que un hombre lobo normal, soy una hibrida, mi lado vampiro me ayuda controlar mas durante los días de luna llena, como diablos sucedió esto.

Nadie sabe que soy mitad vampiro a excepción de mis mejores amigos y mi tío, oculto mi cabello con tinte, lo eh hecho desde que mis padres murieron, aún no sé por qué soy mitad vampiro, mi tío dice que no lo sabe aún que siento que solo miente. Mi sed por sangre fue fuerte en la adolescencia, era incontrolable. Recuerdo que durante ese tiempo todos creían que estaba enferma. Con el tiempo aprendí a controlar mi sed de sangre y suprimir todo mi lado vampiro, para el resto del mundo soy un lobo.

Para cuando salí de la ducho, Zack ya no estaba afortunadamente. Como diablos podría mirarlo ahora o estar cerca de él, agradezco ahora las dos semanas en que no tendré que trabajar con el. Me vestí rápidamente ocultando los moretones, ate mi cabello en una cola alta, me maquille y salí de la habitación, el dolor entre mi piernas y el ardor era insoportable, nunca tengan sexo en el agua. Estaba bajando las escaleras para ir a la cafetería cuando me topé con Vangelin una Kitsune, me sonrió y saludó con la mano, le devolví el gesto y seguí con mi camino, la chica nunca me habla pero siempre me saluda de esa manera. Entre a la cafetería respirando profundo y rogando por que el peli negro no estuviera adentro, encontré rápidamente a Matt y Sam que ya estaban en nuestra mesa de siempre, Camil y Zack pasaron por mi lado entrando también al lugar, caminé rápido a la mesa y me senté junto a los chicos saludando.

— Buenos días dormilona, como es posible que hoy te ganáramos?.— hablo Sam.

— Estaba cansada solamente, entrene hasta muy tarde.

— Entonces debiste oír a las bestias que estaban follando en baño.— Mencionó Matt con expresión pícara.

— De qué hablas?.— lo mire tratando de no mostrar el terror que traía por dentro.

— Milton uno de los de mantenimiento me dijo que anoche dos chicos lo hacían en las duchas de las chicas, podían escucharlos desde el otro baño que estaban arreglando.

— No dijo quienes eran?.— Una sonrisa traviesa apareció en el rostro de Sam.

— No, dicen que cuando terminaron de arreglar los chicos aún seguían en el baño y pues no se iban a meter quienes eran, pero habían muchos gruñido, o sea que eran lobos, quiero suponer. — El frunció los hombros.

— Algunas tienen mucha suerte, pueden tener sexo en su celo. — La menor se llevó un pedazo de pan a la boca.

— No es celo Sam, eso se escucha feo, durante la luna llena las hornonas se alteran mucho, unos se ponen violentos, otras sensibles y.

— Otros sexsosos, si lo se.— Ella terminó por mi.

— Y tú no piensas comer?.— Matt me hecho una mirada.

— No tengo hambre a decir verdad.— Mire hacia la mesas en la que siempre se hace el y me sorprendió que me estuviera viendo también, puse mis brazos sobre la mesa y luego mi cabeza. ¿Por qué de toda las personas tenía que ser con el?.

— Oye tranquila, las dos semanas pasarán rápido.— Matt me dio golpecitos en el hombro. Ojalá estuviera así por eso.

— Necesito tomar aire fresco y despejar mi mente, los veo más rato.— Me puse de pie y me despedí con la mano. Alejándome de ambos.

— ¿Ella acaba de despedirse?.— Sam miro a Matt confundida.

Me puse a caminar por los jardines, el otoño estaba entrando, las hojas de los árboles empezaban a cambiar ya de color y caer, los vientos se estaba haciendo fríos, no me gusta esta época del año, cuando el verano se va y empieza a llegar otoño, aún hay árboles verdes y otros que recién empiezan a cambiar de color. Me recuerda a esa noche. Aún que fue hace muchos años, tengo esa noche muy clara en mi mente.

— Hola. — Una tímida voz me saco de mis pensamientos, me di la vuelta y era Vangelin, la menor se veía nerviosa, su mirada estaba en el piso y jugaba con sus manos.

— Hola Vangeli.

— ¿Estás bien?.— La voz de Vangelin era delicada, tenia un rostro muy de niña aún que tuviera ya 18 parecía de 15, es una chica muy insegura, tal vez se deba a que aún no sabe controlar a su zorro o simplemente a si es su personalidad, aún que es extraño, los Kitsune por lo general son extrovertidos y bromista, es su naturaleza. Me recuerda cuando Matt llegó a este lugar.

 Me recuerda cuando Matt llegó a este lugar

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Hibrida: El secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora