❝Me miraste durante un segundo, mientras fumabas ese cigarrillo; me dejaste cautivado con ese movimiento. ❞
Kim Taehyung ha estado enamorado de su streamer favorito desde sus 18. Y, por azares del destino, termina viviendo en el mismo departamento q...
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Hace año y medio, entré a la universidad.
Lugar donde tuve la oportunidad de hacer amigos y de conocer a muchas personas de las cuales no volví a saber el siguiente periodo, pero que dejaron hermosos recuerdos en mi memoria.
Los horarios, en su momento, eran flexibles así que tenía tiempo para salidas con amigos y para llegar a casa con el tiempo suficiente como para vagar un rato y luego hacer mis deberes; tanto que en ningún momento había visto necesario el mudarme cerca de las instalaciones o algo por el estilo, claro, al menos no hasta que el nuevo periodo inició y las clases ya no eran las mismas.
La falta de tiempo y el reacomodo de mis horarios hicieron que fuera imposible continuar viviendo tan lejos del campus.
Mi primera idea fue cancelar ciertas clases y tomarlas el siguiente semestre, pero mi padre insistió en que primero encontrara un lugar cercano a la universidad para vivir y, luego, analizara las opciones que vendrían después.
Luego de investigar durante varios días, me di cuenta de que, a un par de calles del campus, había un edificio con un programa de pisos compartidos únicamente para estudiantes. Hablé con mi padre sobre el lugar, sobre el precio y sobre la ubicación, y estuvo de acuerdo desde el primer momento.
El día siguiente, al salir de clases, no dudé ni un minuto en ir y tratar por todos los medios rentar un departamento. Para mi suerte, la última promoción de graduados había dejado varias vacantes, por lo que pedí mudarme de inmediato. La señora Lee, quien era la administradora del lugar, me remitió al sexto piso, donde conocí a mi compañero de piso.
Él era amable, hasta cierto punto. No podría decir que me cayese mal, pero, al tener personalidades similares, tendíamos a chocar en ciertos aspectos.
El primer mes, sin embargo, fue completamente tranquilo, claro, omitiendo todas las micro peleas que teníamos por su obsesión con la organización. Tenía que hacer todo de una forma específica antes de hacerlo como un humano normal lo haría. Y bueno, yo no tenía nada en contra, eran sus costumbres, no podía hacer nada al respecto, era cierto, pero el problema radicaba en que no podía sentarme o respirar de manera incorrecta al lado de él. Y, siendo sincero, eso me jodió la estadía.
Podía llegar a acostumbrarme en algún momento, era cierto, pero mi paciencia rebasó el límite en cuanto los choques se volvieron más estúpidos que innecesarios. Nos la pasábamos discutiendo por todo, por estar o por no estar, por llegar o no llegar temprano. A tal punto que parecíamos una jodida pareja de casados.
Y, en menos de seis meses, se había vuelto insoportable vivir con él. Ni siquiera sabía su nombre completo, solo sabía que era completamente estúpido seguir respirando el aire de la misma habitación que él.
Eso fue lo que me llevó directamente a administración para pedir que me cambiaran de apartamento.
La señora Lee me atendió amable, escuchando detalladamente el porqué de mi cambio. Me pidió una disculpa y entendió mi problema, asignándome así un departamento distinto.
