「Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 4」

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Kim Taehyung.

El día siguiente, desperté tarde, apenas con el tiempo necesario para comer algo y correr a clases

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El día siguiente, desperté tarde, apenas con el tiempo necesario para comer algo y correr a clases. No me preocupé más que por eso, y claro, también en no llevar zapatos distintos o pasta dental en el rostro.

Pero, aun así, varias personas me vieron extraño cuando llegué al campus, creí llevar la camiseta al revés, pero no era así.

Descarté cualquier tipo de paranoia de mi parte, ya que estuve (la mayoría de la tarde), soportando miradas extrañas y murmuraciones fuera de lugar. Risas o, por el contrario, comentarios despectivos.

Traté de mantener la calma, de ignorar mi alrededor, de centrarme en la clase, pero todo empeoró, cuando escuché "Suga" entre una de esas conversaciones. Solo entonces, las alertas en mi cabeza saltaron de inmediato.

Estaba al borde de cometer la estupidez de preguntar qué era lo que sucedía, pero ni siquiera confiaba en la palabra de quienes llamaba amigos.

La última clase la pasé ansioso, esperando que el reloj marcara la salida y por fin ir a casa y ver a Yoongi. En lo único que podía pensar, era que algo malo le había pasado.

Pero fue una sorpresa verlo en la entrada, de brazos cruzados esperando por mí. Llevaba ropa negra formal, y el cabello revuelto, como de costumbre.

Noté de inmediato que estaba de mal humor, y eso hizo que apresurara mis pasos para llegar más rápido a su lado. No entendía lo que sucedía, menos, cuando me tomó del cuello y me besó como si llevara días sin hacerlo.

No me importó que estuviésemos fuera de una de las instituciones con más prestigio del país, tampoco que hubiera tantas personas a nuestro al rededor.

Yoongi notó eso antes que yo, y apretó levemente mis hombros para hacérmelo saber.

—¿Qué sucede? —pregunté cuando se alejó lo suficiente.

—Te lo explico en casa.

No le cuestioné cuando tomó mi mano y me llevó a su auto, tampoco cuando condujo como alma que llevaba el diablo hacía el departamento.

Es más, el hecho de que trajera el automóvil era mala señal, ya que fácilmente podríamos haber caminado hacia el edificio. Y eso fue lo que me puso más nervioso, el misterio alrededor de su actitud.

Podía sentir su incomodidad a flor de piel, podía sentir la tensión sobre mis hombros.

Más, cuando entramos al departamento y se aferró a mí como si dependiera de compañía, fue un simple abrazo apretado, nada del otro mundo, pero sonreí al ver que su ceño estaba fruncido y sus labios estaban hechos una mueca.

Yoongi estaba tenso, tal vez más que yo.

—Debo decirte algo —murmuró sobre mi pecho—. Vamos...

CAPTIVATED 「Taegi; COMPLETA」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora