Capítulo 18

1.4K 206 23
                                    


El camino de regreso al rancho fue entre risas y coqueteos, Juliana se veía hermosa a la luz de la luna, dejamos a los caballos en las caballerizas y regresamos tomadas de la mano.

—Espera —dije.

Y antes de entrar al rancho la volví a besar, sus labios se estaban convirtiendo en una peligrosa adicción que solo me hacía querer más y más.

Ya no había nadie, subimos las escaleras y escuchamos unos ruidos extraños provenientes de la habitación de Luis y su novia, abrí los ojos como platos y escuche a Juls reír bajito.

—Creo que se la están pasando muy bien —dijo ella.

—La verdad es que este es un lugar mágico y romántico, todo está bastante a gusto para...—Por Dios, ¿Qué estaba a punto de decir? Bajé la cabeza totalmente apenada.

—¿Para qué? —preguntó Juls en un susurro, colocando su dedo en mi barbilla para subir mi rostro.

—Para hacer el amor —susurré mirándola profundamente a los ojos.

Ella me besó de manera apasionada y yo la recibí gustosa, se separó lentamente de mí y me miró como pidiendo permiso, sabía a lo que se refería, y por supuesto que yo también quería, así que asentí con la cabeza sin dejar de mirarla.

Ella volvió a besarme, esta vez, de una manera más intensa, abrió la puerta de su habitación sin dejar de besarme, me guió hasta el interior de su dormitorio y cerró la puerta, mis labios buscaban los suyos con cierto desespero, como si necesitara de ello para sobrevivir, el sonido de nuestros besos era tan sensual que quemaba, sus labios generaron en mí esa sensación tan placentera que un suave gemido escapó de mi boca, eso pareció encender aún más el ambiente porque ella quitó mi chaqueta y sentí como la prenda cayó al suelo, tuve la necesidad de desabrochar su camisa de cuadros, y así lo hice, botón por botón, sin separar nuestros labios.

Me tomé unos segundos para observar lo maravilloso que le lucía ese brasier negro, toqué el valle de sus senos con la yema de mis dedos y ella volvió a unir nuestros labios, no me pude contener, comencé a masajear sus pechos y la escuche gemir por primera vez, después de eso, ya no había vuelta atrás.

Las prendas de ropa estaban esparcidas por toda la habitación, sentir su cuerpo desnudo sobre el mío mientras me besaba el cuello de manera deliciosa me hacía sentir cada vez más húmeda, mi centro pedía a gritos más y más contacto.

Ella descendió dejando besos húmedos en mi pecho, hasta envolver uno de mis pezones con su lengua, gemí al sentir su calor sobre esa zona placentera, un nuevo gemido escapó cuando la sentí succionar, mis dedos se enredaron en su cabello, haciendo presión para que siguiera dándole placer a mis senos.

—¡Ah, Dios!

Sé que yo había tenido sexo muchas veces, pero la manera en la que me hacía sentir Juliana, me demostraba que jamás había hecho el amor, nunca había imaginado que el amor y el deseo pudieran fusionarse y crear una burbuja donde solo éramos ella y yo, uniéndonos en un solo cuerpo, con cada beso, con cada caricia, con cada gemido, y con cada gota de sudor.

—Voy a entrar en ti, mi amor —dijo ella cerca de mi oído con voz ronca y la respiración igual de agitada que la mía.

Atrapó mis labios, ahogando así el gemido que provocó su mano deslizándose por mi clítoris, donde dejó masajes circulares  hasta llegar a mi centro totalmente empapado, introdujo sus dedos en mí y no pude evitar gemir más fuerte.

—¡Ah!

Sus dedos se movían dentro de mí de una manera hábil, mis caderas encontraron el ritmo perfecto unidas a cada embestida de Juliana, lo podía sentir, estaba cerca, nuestros ojos conectaron, y los de Juls parecían haber cambiado de color, estaban totalmente negros. Entreabrí mi boca, estaba a punto de explotar, mis uñas se encajaron en la espalda de Juls al momento que sentía todo mi cuerpo temblar de placer. "¡Juliana!" pronuncié su nombre en un gemido cuando el orgasmo se apoderó de mí.

Nuestras respiraciones estaban agitadas, Juls, aún sobre mí, contemplaba mi rostro como si fuese una joya invaluable, la vi hacer un puchero y sus ojos se humedecieron. La abracé con fuerza, quería transmitirle todo mi amor en ese abrazo, ella escondió su rostro en mi cuello.

—Eres el regalo más hermoso que me ha dado el universo —me susurró al oído con voz entrecortada.

Me volteé quedando esta vez sobre ella, "y tu eres el amor mas bonito de mi vida" dije. Besé su frente, besé sus ojos, y besé su boca. Nuestras lenguas se unieron, se abrazaron, y danzaron juntas al ritmo del amor. Necesitaba más de ella, mi cuerpo entero pedía más de Juliana Valdés.

—Necesito probar tu sabor —dije en un susurro mordiéndome el labio.

Ella jadeó mirándome a los ojos.

Me sentí la mujer más plena de este mundo mientras besaba su cuello, exploré su cuerpo y guardaba en mi memoria los lugares donde la hacía sentir más placer. Nunca había estado con una mujer, pero la sensación de mis senos desnudos unidos a los de ella me hacía saber que estaba en el lugar correcto, estaba en mi hogar.

Descendí por su abdomen dejando besos húmedos, hasta encontrar el tesoro que habitaba entre sus piernas, subí la mirada y mis ojos conectaron con o suyos, una sonrisa de medio lado se formó en mis labios, justo antes de probar el delicioso sabor de Juliana Valdés.

Esa noche la hice mía con mi boca, con mi lengua, con mis manos, con mi cuerpo entero. Y descubrí con todos mis sentidos, que no hay nada más hermoso que el orgasmo de una mujer.

Dormimos abrazadas toda la noche, como si su cuerpo y el mío no pudieran estar separados un solo segundo, mi amor por ella simplemente se hacía más grande con cada instante que pasaba, no iba a permitir que nadie nos dañara este sentimiento tan hermoso, así que tan pronto regresáramos a CDMX lo hablaría con mi padre, porque no pienso estar con Juls a escondidas. Y L.J Carvajal tiene que entenderlo, ¿no?


----------------------------------------------------------

Hey! Saludos desde este pequeño rincón de venezuela, espero les haya gustado este cap, hice mi mejor esfuerzo jajaja

Gracias por leer!

A la luna tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora