Hace un año

447 17 1
                                    

Aquí estoy, como siempre, creando incógnitas, que posiblemente yo sea la única capaz de responder, ¿Podré fijarme en alguien más sin pensar siempre en él?, ¿Acaso seguiré enamorada del mismo fantasma siempre?, si eso es; un fantasma, que siempre por alguna razón llega y se filtra en mis pensamientos, que hace del mejor día... una noche oscura y triste, que pasa de un recuerdo a ser mi presente, y termina cumpliendo su objetivo, verme destruida, sola, y alimentando el sentimiento hacia él.

Todo empezó aquel 2 de Octubre, una tarde como cualquier otra, sin ningún acontecimiento fuera de lo normal; lo único que yo no sabía, es que mi vida cambiaría de una manera totalmente drástica, sin percatarse siquiera, en que tan sólo era una adolescente de quince años, y en la cantidad de sentimientos que iba a empezar a experimentar, convirtiendo mi existencia en un caos total.

Navegando en internet, más específicamente en facebook, (era una rutina, para un día tan coriente como ese), recibí una solicitud de amistad, ¿Quién se lo iba a imaginar?, era Michael, el chico más lindo que mis ojos hubiesen visto antes, alto, buen mozo, piel color canela, cabello negro y abundante, labios carnosos, y ojos de un color muy peculiar; llegaban a ser conjunto con su color de piel, eran hermosos, bastaba sólo con verlo, para sentir que su profunda mirada, creaba un abismo en cualquiera.

No me era desconocido, ya lo había visto antes en la escuela, cursaba el mismo grado que yo, pero en diferente salón, para ser exacta, quinto grado de bachillerato, y para lo poco que había oído hablar de él, era un mujeriego de primera.

Ahora, mi pregunta en ese momento fue ¿Porqué alguien como él, acostumbrado a conseguir todo lo que quería de una manera tan fácil, querría agregame literalmente a su grupo de amistades en una red social?

¡Vaya que más pronto de lo podría imaginar, lo iba a saber!

A pesar de todas las dudas que se crearon en mi interior, decidí aceptar aquella solicitud, y para mayor sorpresa aún, unos pocos minutos después de aceptado, recibí un:

-Hola-  de él, el chico que todas quisieran tener.

Para tan poca edadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora